La Resiliencia: 4 Pasos Para Desarrollar Una Mente Inquebrantable

Pasé los primeros años de mi adolescencia con depresión suicida, era un perdedor, un don nadie, que no tenía futuro, no solo pensaba que era esas cosas, si no que estaba seguro que lo era. Llegué al punto donde no solo no quería ser esas cosas,  sino que ni siquiera quería existir.

Aquí estoy, después de todos esos años, tengo 35 años y cada cosa que he alcanzado, cada una de las cosas que hago, las hago a través de los ojos de mi yo de 13 años, y  así, al mostrarle a mi versión más joven todo lo que es capaz de hacer, con frecuencia llevo mi cuerpo y mi mente a sus límites absolutos. Descubrir esos límites significa ir más allá de ellos, e incluso, ir más allá de esos límites trae consecuencias que por lo general, implican grandes cantidades de sufrimiento y adversidades que necesitan ser superadas.

Durante el primer año y medio de mi negocio, trabajé tan fuerte y soporté tanto estrés que tuve que trabajar desde un colchón sobre el suelo porque sentía que mi cuerpo quedaba envuelto en llamas si me sentaba más de unos cuantos minutos. 

Como un introvertido en extremo y lleno de ansiedad, pasé miles de horas grabando videos para sentirme siquiera lo bastante cómodo como para subir un simple video de mi negocio. ¿Creen que este es mi primer canal de YouTube? Hice cientos de videos y gasté más de 100k dólares de mis ahorros en un canal que falló.

Pasé los últimos años de mis veinte abusando de estimulantes y drogas para la productividad, mientras le quitaba importancia al sueño, y hasta hace 3 años, todo eso me había atrapado tanto, que sufrí agotamiento crónico del cual aún no me he podido recuperar, casi todos los días, tomo varias siestas, y nunca me siento más de 6 de 10 en la escala de energía, me levanto cada mañana agotado y con dolor, pero sin embargo, sigo avanzando. 

Así que, ¿Cuándo me convertí en alguien tan resiliente? o incluso hagamos una mejor pregunta, ¿Cómo he sido capaz de superar circunstancias “negativas” en un momento donde parecía que todas las demás personas se convertían en víctimas de estas circunstancias?

Existe esta idea de la vida perfecta, una vida llena de felicidad y libre del sufrimiento, esta es la vida a la que el sistema quiere que aspiremos y como resultado, muchos de nosotros hacemos todo lo posible para evitar el dolor del sufrimiento, pero qué suerte! Siempre hay un producto, un servicio y un remedio para cada una de las cosas que padecemos, o tal vez no es suerte, tal vez es solo la falsa realidad, diseñada para convertirnos en ganancia.

De todos modos, a pesar de lo que Facebook e Instagram quieren hacernos creer, la “vida perfecta” no existe, es una trampa, la única garantía de la vida es que vamos a sufrir, desamores, la muerte de seres queridos, y nuestro propio e inminente fin. 

Si, vamos a morir, lo siento mucho, pero en palabras de Homero

“Todo es más hermoso porque estamos condenados”.

Una rosa puede ser hermosa solo porque es inevitable que se marchite y de la misma manera, que la muerte es de hecho la condición previa de la belleza, el sufrimiento en gran medida es condición previa de la vida, y no solo estoy hablando del “acto de estar vivos”, nacer, hacer todo lo posible para evitar sufrimiento, y luego morir, no fue nunca vivir en primer lugar.

El sufrimiento es condición previa de una vida que de verdad vale la pena vivir.

Entonces, si el sufrimiento es la inevitable batalla en la vida, una de la cual no deberíamos escondernos, sino por el contrario, una que deberíamos enfrentar sin miedo. La resiliencia es la armadura que permite que aguantemos todo lo que la vida nos arroje, y aun así seguir moviéndonos hacia adelante.

Así que, ¿cómo forjamos la armadura de resiliencia?

La resiliencia se desarrolla al superar de forma constante el sufrimiento y la ansiedad

Déjenme ser bastante claro con esto, es imposible desarrollar resiliencia sin sobreponerse a grandes desafíos. Este post no va a transformarte en alguien resiliente, si lees este post esperando volverte más resiliente, espero ayudarte a ver qué tan absurda es esa idea en realidad, casi tan absurda como ver un video sobre la confianza, y pensar que de un momento a otro vas a ser una persona con más confianza.

Sin embargo, en verdad creo que puedo mostrarte el camino, pero conocer el camino no es recorrer el camino, recorrer el camino es conocer el camino.

La primera vez que experimenté cómo sobreponerme a la adversidad, fue en esencia sobrevivir los primeros años de adolescencia, a partir de ese momento, tuve la idea de que yo era resiliente, era una pequeña evidencia de que era capaz de ser resiliente, pero necesitaba más.

Hace poco, decidí que iba a empezar a boxear, tenía la “idea” de que yo era fuerte, pero cualquiera puede pensar que es fuerte hasta que lo golpean en la cara. Durante mi entrenamiento inicial, siempre tuve la idea que me pondría de pie de nuevo y estaría listo para pelear después de haber sido noqueado, luego tuve mi primer sparring completo, donde un certero gancho izquierdo me dejó inconsciente, todo se puso negro, y mi cuerpo se apagó, pero pasados unos segundos, justo después de que mi sistema se hubiera reiniciado, estaba de pie de nuevo, listo para seguir. Es ahí cuando la idea de que yo podía ser más resiliente en una pelea, se volvió una realidad. 

He sido noqueado en relaciones, amistades, negocios y siempre he tenido la idea de que sería capaz de resistir las tormentas pero no fue sino hasta que de verdad resistí a esas tormentas, una y otra y otra vez, la exposición constante a estas cosas y la posterior superación de inmenso sufrimiento y adversidad, donde pasé de “creer” que yo era resiliente, a convertirme en una persona resiliente de verdad. 

La resiliencia empieza en la mente, pero solo puede ser forjada de verdad en el campo de batalla.

No te des la opción de no sufrir

Según cuenta la leyenda, el conquistador español, Hernán Cortés llegó a México en 1519 con solo 600 hombres. A su llegada, dio la orden de quemar sus barcos, sus hombres vencerían o morirían, retroceder nunca fue una opción, y a pesar de tenerlo todo en contra, salieron victoriosos.

Creo que la mayoría de nosotros sabe de manera intrínseca que debemos sufrir antes de hacer algo grandioso, el problema es que, aun sabiendo esto, la idea de tener que sufrir a través de algo, nos asusta.

Como lo señaló Nietzsche en Humano, Demasiado Humano

“Tienen miedo a su yo superior, porque cuando habla, habla de manera exigente.”

Estoy en un punto donde cada vez que escucho esa voz hablándome, por lo general hago lo que pide, pero para llegar a este punto, tuve que aprender primero a confiar en esa voz, lo que quiero decir es que tuve que percibir las adversidades como algo que era benéfico para mí.

Sabía que las adversidades eran necesarias, pero todavía les tenía miedo, porque me faltaba la experiencia que vendría con esto, entonces, lo que hacía y continúo haciendo hasta el momento, en esencia, es obligarme a enfrentar situaciones donde la adversidad era y es inevitable.

Me pongo en situaciones con inmensas adversidades de las que no puedo escapar. Cuando decidí que iba a competir en un Ironman, me inscribí sin dudarlo, pague los costos de registro, compré todo el equipamiento y reservé tiquetes ida y vuelta a Sudáfrica, donde iba a ocurrir el evento. Mientras entrenaba, me desgarré mi bíceps, me dio tendinitis en ambos hombros, y desarrollé fascitis plantar en ambos pies, pero ya me había comprometido, en mi mente, no tenía otra opción.

Cuando inicié mi negocio, fui por todo, invertí todo el dinero que tenía, por el primer año y medio, no hubo día alguno el cual no tuviera algún gran problema por enfrentar, pero me había encerrado en una celda con la realidad de que, si no resolvía las cosas para hacerlas funcionar, iba a estar jodido. 

Cuando decidí empezar este canal y los invito a que vayan a ver el primer video, ¿les parece que tomé las cosas con calma? ¿Qué construí las cosas con bajo presupuesto antes de aumentar la velocidad? Para nada, desde el inicio contraté 2 videógrafos, un animador, un traductor, y a mi asistente, si no escribo guiones y grabó videos, aun así reciben su pago. Yo hago lo mismo en mis negocios: expansión constante, contratos nuevos, y fechas de entrega agresivas que me obligan a sobreponer los cientos, miles de obstáculos inevitables que se presentan.

Entonces, sin importar el tipo de dificultades que enfrente, por ejemplo, hace poco,  Ro casi pierde su ojo y mi papá estuvo hospitalizado con una infección bacteriana que pudo ser mortal, aun así, encontré la manera de hacer las cosas.

Lo que quiero decir con todo esto es que, en vez de hacer algo tan simple como convencerme que estoy listo para enfrentar adversidades, las cuales, seamos sinceros, existe una probabilidad muy alta de fallar, en especial considerando que los videojuegos, PornHub, la comida deliciosa, están a unos pocos metros de distancia o unos cuantos clics.

Por el contrario, busco situaciones donde no hay escapatoria, donde no tenga otra opción más que hacerle frente a la ocasión y sobreponerme. Quema tus barcos.

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… y mucho más!

Debemos buscar el sufrimiento

A medida que nos sobreponemos a distintos obstáculos inevitables, que vienen como resultado de hacer cosas que implican sufrimiento, algo gracioso empieza a suceder. 

Empezamos a percibir que las adversidades no son un obstáculo, por el contrario, son cosas que debemos buscar. En vez de escapar la voz dentro de nosotros que exige grandeza, empezamos a atender su llamado.

Hay momentos donde siento que no me estoy esforzando tanto como podría, y esa es una señal que me indica que debo buscar más sufrimiento. He aprendido a amar el dolor, por todo lo que me enseña acerca de quien de verdad soy, mucho más allá de la simple idea de mí mismo.

En palabras de Epicteto:

“Cada dificultad con la que tropezamos en la vida nos ofrece la oportunidad de volvernos hacia dentro e invocar a nuestros recursos íntimos. Las pruebas que soportamos pueden y deben darnos a conocer nuestra fuerza… Posees fuerzas que a lo mejor aún no conoces. Encuentra la más apropiada. Utilízala.”

La resiliencia es el camino para crear nuestro mundo real

Existe algo opuesto a la resiliencia, ¿pueden adivinar qué es? Bueno, pausaré el video y voy a darles un momento para que piensen.

Muy bien, si pensaron “fragilidad” o “victimización”, ambas son respuestas aceptables.

Al avanzar en la vida, vamos a conocer muchas personas que atribuyen todo lo “malo” en sus vidas a cosas que no pueden controlar, de hecho, hoy en día, gran parte de la sociedad está conformada por personas que se ven a sí mismas como víctimas, en vez de aprender a buscar el sufrimiento, esas personas aprenden a buscar simpatía, de hecho, están tan resignados para tener una vida indigna, que en realidad, empiezan a percibir a otros que están esforzándose por alcanzar algo, como amenazas.

Ahora, así como esto es fácil de observar en los demás, el verdadero truco está en ser capaces de observar esto en nosotros mismos, y observar esto es algo simple en realidad, piensa en alguna situación en donde estemos enfrentando una adversidad, y considera la siguiente pregunta:

¿Qué tanto me estoy enfocando en lo que no puedo controlar, y ¿Qué tanto me estoy enfocando en lo que sí puedo controlar?

Las víctimas existen en el mundo que no pueden controlar, en cambio, aquellos que sí viven su vida, existen dentro del mundo que sí pueden controlar.

 

Se enfocan en las cosas que podemos cambiar, mientras aceptan que hay cosas que no se pueden cambiar. Algo gracioso sucede cuando las personas existen dentro del mundo que pueden controlar, porque empiezan a darse cuenta, con el paso del tiempo, que de hecho, pueden controlar  el mundo en el que existen.

Resumen

Bueno amigos, hagamos un resumen. El dolor y las adversidades son necesarias para una vida que valga la pena vivir, y la resiliencia es la armadura que nos mantiene vivos y nos permite seguir en la lucha. Tomemos nota de estos cuatro puntos que nos servirán para forjar la armadura:

1. La resiliencia se desarrolla al superar de forma constante el sufrimiento y la ansiedad

Es imposible desarrollar resiliencia sin superar retos difíciles. Cuando somos derribados una y otra, y otra vez, y nos volvemos a levantar, la idea de resiliencia se transforma en resiliencia real.

2. No te des la opción de no sufrir

Las comodidades modernas hacen que sea muy fácil escapar del sufrimiento. En lugar de siquiera tomar esa opción, en cambio deberíamos lanzarnos a situaciones donde las adversidades sean inescapables. 

3. Debemos buscar las adversidades

A medida que creamos resiliencia real superando de forma constante obstáculos desafiantes, como resultado, observamos en nuestro crecimiento y desarrollo, que vamos a percibir las adversidades de una manera que, en vez de evitarlas, empezaremos a buscarlas y enfrentarlas con decisión.

4. La resiliencia es el camino para crear nuestro mundo real

La resiliencia nos libera de “culpar” las cosas que no podemos controlar, y de vivir como víctimas, haciendo que nos enfoquemos en las cosas que sí podemos controlar. Cuando existimos dentro del mundo que podemos controlar, nos damos cuenta que, de hecho, podemos controlar el mundo en el cual existimos.

Bueno, amigos, para terminar aquí, me despido con una frase de Nietzsche, que si la entendemos por completo, nos ayudará de manera increíble para forjar la resiliencia.

“Quien tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo.”

Yo personalmente, hago todo lo que hago por mi yo más joven de 13 años.

Bueno amigos, me gustaría mucho si en los comentarios abajo pudieran contarme un poco de sus historias o adversidades con la resiliencia.

Y también visítenme en Instagram  @nelsonquest. Voy a seguir publicando noticias del canal y hacer transmisiones en vivo por ahí.

Gracias gracias gracias, ciao y nos vemos en el próximo post.

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