Cómo Cambié Mi Vida y Comencé Mi Viaje de Autodesarrollo (Prepararte Para Una Epifanía)

Escrito Por Nelson • Julio 11, 2020

Bueno, en este artículo quiero hablar sobre algo que la mayoría de nosotros, en el camino del autodesarrollo, deseamos encontrar desesperadamente.

Cada vez que tomamos un libro o vemos un video motivacional en Youtube, escuchamos un podcast, o leemos un blog, creo que la mayoría de nosotros buscamos desesperadamente un momento de epifanía.

Estamos buscando esa cosa que tal vez descubramos leyendo un pasaje de un libro, o una frase poderosa, o incluso una canción que toca algo dentro de nosotros, cuando la escuchamos, leemos, o sentimos.

Que de alguna manera desbloquea instantáneamente nuestro Modo Dios, donde nos transformaremos en esa persona que finalmente es capaz de hacer todas las cosas difíciles que sabemos que necesitamos para alcanzar lo que queremos.

En ese momento, todos los malos hábitos y fracasos repetidos con los que pasamos años luchando para que desaparezcan, desaparecen, y en su lugar, el “yo” que siempre hemos querido ser, nuestro “yo ideal”, nace como un fénix de las cenizas. O, no se, tal vez solo soy yo.

Bueno, si puedes relacionarte, si en algún nivel, tienes este deseo interior y desesperado de experimentar un “momento” en el que de repente te transformas en la persona que es capaz de cumplir todos tus sueños más salvajes. Entonces tal vez deberías quedarte, porque estamos a punto de dar un paseo.

¿Que es una epifanía? (y qué no lo es)

Si vamos a tener una epifanía, creo que lo primero que tendremos que hacer es entender qué es realmente una epifanía.

La palabra “epifanía” en realidad se origina de la antigua palabra griega “epiphanea», que se usaba para explicar cuando un Dios o una presencia divina aparecían ante un devoto.

¿No es fascinante? Quiero decir, ¿no es eso exactamente lo que esperamos que suceda cuando nosotros mismos experimentemos una epifanía?

Cuando trabajamos para mejorarnos a nosotros mismos, esencialmente estamos adorando a esta versión “divina” de nosotros y esperamos que, si fuéramos a experimentar un momento de epifanía, de repente pudiéramos transformarnos en esa versión idealizada de nosotros mismos, ¿verdad?

En ese momento, esencialmente pasamos de simplemente “adorar” a esa versión divina de nosotros mismos, a transformarnos realmente en esa versión divina de nosotros mismos. Entonces al entenderlo de esta manera, creo que debería darnos nuestra primera idea de cómo malinterpretamos las epifanías.

Nunca, pero nunca vamos a experimentar un momento en el que de repente, podremos manifestar la “mejor” versión de nosotros mismos de forma permanente.

Nuestra “mejor” versión es un ideal y los ideales son cosas a las que debemos adorar y luchar por ellas, pero los ideales son cosas perfectas, Dios es una cosa perfecta, y nosotros somos cosas imperfectas.

Fui capaz de progresar hacia mi mejor versión cuando entendí esto. Convertirse en nuestra mejor versión no es un destino con un punto final específico, en realidad es un viaje interminable.

De la misma manera que el punto de bailar no es terminar el baile, el punto del baile es el baile en sí.

Entonces, ¿qué es una epifanía real si no es un momento mágico donde de repente nos transformamos en un ser perfecto?

Bueno, diría que una epifanía es un momento único que es la culminación de muchas experiencias significativas, a través de las cuales obtenemos una comprensión completamente nueva de algo que antes entendíamos de otra manera, y este “descubrimiento” impacta profundamente nuestra capacidad de realizar esta “mejor” versión de nosotros mismos.

Para mí, mi epifanía fue cuando, en una fracción de segundo, en el punto más bajo de mi vida – me di cuenta que las emociones como el dolor y la ansiedad eran necesarias y parte de la experiencia humana.

Y en lugar de experimentar estas emociones como siempre lo había hecho de una manera que me destruyen, aprendí a experimentarlas de una manera que me daban poder, pero te hablaré más sobre esto en un minuto.

Entonces, una epifanía no es algo que podamos buscar, es algo que nos sucede, y entonces la pregunta es, ¿cómo creamos las circunstancias en las que una epifanía se hace posible?

¿Como tener una epifanía? (y como no tenerla)

He pensado mucho en esto, y diría que el “secreto” para tener una epifanía, si existe y está en tomar riesgos extremos.

Y no, no estoy hablando de riesgos como conducir una motocicleta, escalar una montaña o meterse en un ring de boxeo, esos riesgos son fáciles en comparación de lo que estoy hablando.

Estoy hablando de amar a alguien tan profundamente que si nos llegan a dejar, estaríamos destruidos. Comprometernos tan a fondo con un negocio, que si fallamos, no nos quedaría nada.

Más específicamente, esto: Tomar el tipo de riesgo donde sentimos que debemos hacer algo a pesar de que nos asusta por completo. Donde no solo lo hacemos, si no que vamos por todo.

Hablando metafóricamente, es como saltar de un edificio al otro con total confianza de que vamos a llegar al otro lado, a pesar que el salto parezca imposible, ya que confiamos que esa cosa real dentro de nosotros.

Cuando estamos empezando en el camino para entendernos a nosotros mismos, podemos sentir esto como un latido débil. Otros leyendo este artículo, que están más adelantados en el camino, pueden sentirlo con más fuerza, pero sienten que los pondría en desacuerdo con sus padres, sus amigos o incluso con la sociedad en general.

Pero si sentimos el impulso evidente de hacer algo y sabemos que eso es real, deberíamos arriesgarlo todo para escuchar y descubrir qué es lo correcto para realmente cambiar nuestras vidas. Porque conocer el camino no es lo mismo que recorrerlo, pero recorrerlo si es conocerlo.

He amado profundamente y entregado todo a cosas en las que realmente creía, y esas decisiones nunca fueron incorrectas, ya que resulta que el riesgo como lo entendía anteriormente, era solo una ilusión del sistema.

El verdadero riesgo estaba en no hacer esas cosas.

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Mi Momento de Epifanía

Mi momento de epifanía llegó a mi, en mi punto más bajo. Tenia el corazon absolutamente destrozado por una mujer por la cual lo había dado todo, y cuando ella me dejó por un hombre mejor, todo el mundo se me vino encima.

De repente me encontré cara a cara con años de mentiras que me había ocultado a mi mismo cuidadosamente, y estaba más deprimido que nunca. Fue precisamente en ese momento en el que no podia caer mas bajo, donde fui forzado a mirar las cosas de una manera diferente.

Había pasado meses buscando respuestas externas, buscando esa única cosa que de repente en un solo momento curaría mi depresión. Y fue en mi momento más oscuro, cuando solté y dejé de buscar, donde de repente me di cuenta que las creencias que tenía de la depresión eran falsas.

El sistema me había enseñado que las emociones negativas, como la depresión, son emociones que solo podían hacerme sentir mal y destruírme.

Cuando tuve mi epifanía, entendí las emociones negativas de una manera verdadera. Ahora entendía que en realidad podía elegir experimentar mis emociones negativas, como la depresión, de una manera en que me daba poder.

Imagina que en un instante pudieras tomar todas tus emociones negativas y de repente convertirlas en una fuente interminable de motivación.

Eso fue lo que me pasó, en un instante, un verdadero momento de epifanía.

En ese momento, me transformé. No en una criatura divina con una motivación infinita, sino en alguien que ahora era mucho más capaz de hacer un progreso exponencial en el camino.

Conclusión

Entonces, creo que para experimentar una epifanía, primero tenemos que entenderla, no como un momento en el que nos transformamos instantáneamente y permanentemente en la “mejor” versión de nosotros mismos.

Sino más bien, un momento de profundo conocimiento, que nos permite, a las criaturas imperfectas, avanzar más en el camino hacia esta versión “ideal” de nosotros mismos que nunca alcanzaremos por completo.

Una epifanía no es algo que podamos o debamos buscar, de hecho, buscar un momento de epifanía, nos garantiza que nunca tendremos uno. Y tener uno significa tomar riesgos definitivos, sentir que algo es real y confiar en ese sentimiento lo suficiente para entregarlo todo, sin importar lo vulnerables que creemos que nos hará.

Cuando reduzco mi momento de epifanía a su esencia principal, llegó a esto:

Tomé un gran riesgo que no funcionó, lo que me arrojó a la depresión más profunda de mi vida, y fue precisamente en ese estado donde fui “forzado” a ver algo que nunca pensé ver. Al mirar más de cerca, pude lograr “volver a comprender” la definición que tenía de “emociones negativas” de una manera que ahora me daba un poder increíble.

Creo que solo se trata de tomar el riesgo máximo, meterse de lleno en lo que sentimos que es real, así es cómo una epifanía puede llegar a nosotros.

Entonces, terminaré con un consejo práctico. Ve con todo en algo que sientes que es real, no tiene que ser grande, solo tiene que sentirse real.

Tal vez es escribir una carta a alguien para decirle cómo te sientes o registrar un nombre de dominio para una idea de negocio. Simplemente tiene que ser algo que sientas que es real, que has estado evitando porque percibiste algún tipo de riesgo.

Incluso si te sientes avergonzado, o fracasas, o cualquier otra cosa que puedas sentir, te prometo que si esa cosa te pareció real y seguiste adelante y lo hiciste, entonces te estás moviendo en la dirección correcta.

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