3 Trampas OCULTAS del Autodesarrollo

3 Trampas OCULTAS del Autodesarrollo

La aventura del autodesarrollo está repleta de trampas en las que podemos caer demasiado fácil si no tenemos cuidado y bueno, al haber avanzado relativamente lejos en mi propia aventura, me gustaría pensar que ustedes me consideran uno de esos PNJ’s que aparecen en ciertas ocasiones durante su aventura para advertirles de los peligros que les esperan.

Ser conscientes y tomar la decisión de recorrer este camino, no significa que vamos a estar libres de la influencia del sistema, es más, el simple hecho de creer eso, solo demuestra todo lo contrario.

Es justo al inicio de este camino, cuando parece que hemos ganado, que el sistema lanza el látigo en un último intento para que no escapemos y caigamos en el abismo. Nos atrapa a través de la ilusión del progreso,  la ilusión del crecimiento, creemos que estamos avanzando en el camino, cuando en realidad solo estamos corriendo en el mismo lugar.

Las redes sociales están llenas de consejos que ni siquiera seguimos, consumo externo y contenido de autoayuda el cual no estamos aplicando, gurús de negocios que nunca han tenido un negocio exitoso, consejeros de vida con solo 21 años.

Todos estos son síntomas de alguien que ha caído en una de las trampas y nunca logró liberarse.

En este video, vamos a ver 3 de las trampas más peligrosas que aparecen al comienzo de nuestra aventura del autodesarrollo, donde somos débiles y muy susceptibles de caer, trampas que pueden terminar de manera prematura nuestro recorrido. Empecemos.

Trampa #1: Querer ser percibido como el héroe en lugar de ser el héroe

Esta fue la primera gran «trampa» externa en la que caí cuando estaba empezando mi camino de autodesarrollo. El primer libro que leí fue «Piense y Hágase Rico» de Napoleon Hill. Recuerdo sentirme como si cada una de las palabras fuera una revelación extraordinaria. Esto siguió pasando por un tiempo con cada libro y contenido de autoayuda que fui consumiendo.

Estaba despertando en las mañanas con una energía que parecía infinita, con motivación y propósito, entonces, fue normal para alguien como yo, que había vivido su existencia entera en el mundo externo, sentir esta «impresionante» necesidad de enseñar todo lo que había aprendido a los demás. Mis estados de Facebook se convirtieron en ríos interminables de frases motivadoras. Si un amigo se quejaba siquiera un poco sobre cualquier cosa, les daba un sermón de cómo no debían quejarse sobre las cosas que no podían controlar.

Carajo, casi cada conversación que tenía con alguien, se convertía en mi dándoles una lección sobre algo, incluso cuando no estaban siquiera interesados en recibir un consejo mío. Quiero decir, ellos debían pensar eso. ¿Qué carajos había hecho con mi vida hasta ese punto? ¿Qué idea tenía sobre las cosas de las que hablaba? Si hubiera hecho en mi vida algo más allá de haber leído esas cosas en libros.

Y esta es la trampa, cuando comenzamos la aventura de desarrollo personal, queremos creer que ya somos esa persona capaz de hacer todas las cosas maravillosas que estamos aprendiendo, hasta el extremo en que llenamos nuestros estados con frases motivacionales que realmente no entendemos, diciéndole a los demás cómo ser exitosos cuando no hemos tenido ningún éxito siquiera.

Esto pasa porque tratamos de usar la validación externa de los demás, para validar esta «idea» de que ya somos esta persona brillante, disciplinada y exitosa que queremos ser con tanto desespero. Nuestro camino de autodesarrollo se convierte menos en tratar de cambiar nosotros mismos, y más sobre cambiar la forma en que otros nos perciben.

Estamos tan preocupados de parecer brillantes, disciplinados y exitosos, en vez de cumplir con cada una de esas cualidades. ¿Por qué?

Bueno, yo creo que esto pasa más que nada porque somos impacientes, porque no sabemos en verdad, lo que es recorrer el camino y como nunca hemos experimentado lo que es recorrer un camino, creemos que de lo único que se trata es de llegar a la línea de meta.

Queremos ser los héroes sin siquiera poner el trabajo requerido para llegar a ese punto, y porque existimos dentro de esta falsa realidad donde todo es externo, creemos que al hacer que los demás crean que somos ese héroe, será equivalente a ser el héroe. Pero esto no es cierto y por más que pienses que quieres sobrepasar esa línea de meta, confía en mí, no lo quieres hacer.

Una buena manera de evitar caer en esta trampa, es ponernos desafíos difíciles a nosotros mismos, y no detenernos hasta que los hayamos logrado. Cuando corres una maratón y luego llegas a la línea de meta, te das cuenta que nunca se trató sólo de llegar a la línea de meta en primer lugar.

Trampa #2: Aceptar "verdades convenientes"

Esta es una de las trampas en las que también caía con frecuencia al inicio de mi camino, a medida que «conocemos» las cosas por primera vez en nuestras vidas, es demasiado fácil caer en la trampa de creer algo no solo porque es verdad, sino porque es conveniente.

Les voy a dar un ejemplo, miremos la industria de autoayuda en YouTube, muchos de los “gurús de autoayuda y de negocios” siempre están usando las palabras «Tienes que…»

“Si quieres ser exitoso, tienes que hacer esto”

“Si quieres perder peso, tienes que hacer esto”

“Si quieres ser atractivo para las mujeres, tienes que hacer esto”

Escuchen, no tienen que hacer ninguna de esas jodidas cosas para alcanzar el resultado que quieren, existe una infinidad de formas para alcanzar lo que sea que quieres alcanzar en tu vida. Mi historia, por ejemplo, es todo lo opuesto a lo que la mayoría de estas personas dijeron que «tenía» que hacer. 

Pasa muy seguido que la razón por la cual están diciendo «tienes que hacer las cosas de esta manera si quieres alcanzar este resultado», realmente es porque tienen algo que están tratando de vendernos. Ellos quieren hacerte creer que son «dueños» del camino hacia cierto resultado, y eso depende en que creas que su forma de hacer las cosas no solo es la «mejor» forma, sino que quieren hacerte creer que es la «única» forma que hay.

Esta es la razón principal por la cual no voy a vender nunca ningún curso ni eBook en este canal, porque si relacionas ganancias con algo que se supone debe ser «desinteresado», te corrompes y después de eso no hay marcha atrás, lo he visto un millón de veces. Y amigos, estas personas por lo general quieren hacer el bien, y mi intención no es criticarlos, mi intención aquí es tan simple como señalar que, en ocasiones, el conocimiento y nuestras creencias se convierten en algo que es «conveniente» en vez de ser «verdadero». 

Cuando se trata de ganar más dinero, es muy fácil empezar a creer cualquier cosa que es conveniente respecto a eso. Me he dado cuenta que observar esto en los demás, es un punto de partida muy útil para ser capaz de observar esto en nosotros mismos, qué es lo que en verdad debería preocuparnos a nosotros.

Esto es demasiado fácil de observar en áreas de fitness y de política, hay muchos modelos de fitness en internet proclamando que tienes que comer de cierta manera o hacer ciertos ejercicios para perder peso o para ganar músculo. 

Y es ahí cuando caemos en la misma trampa, cuando alcanzamos los resultados comiendo o entrenando de cierta manera, nos gusta creer que esa es la única manera, porque es más conveniente para nosotros pensar de esa forma. El momento en que mejor forma estuve fue cuando solo comía carne y mantequilla por todo un año, pero si hubieras hablado conmigo sobre dietas unos años antes de eso, te habría hablado de la importancia de comer vegetales.

Cuando se trata de política, nuestra edad, raza, posición económica, amigos y familia, el lugar donde vivimos, todo esto influye en nuestras posiciones políticas y hacen mucho más conveniente creer ciertas cosas, incluso si no sabemos nada acerca del tema. Esta es la razón por la que es tan fácil ser manipulados.

Buscar la «verdad» significa examinar con cuidado diferentes posiciones, probar las cosas por nuestra cuenta, y arriesgarnos a la posibilidad de fracasar. Y sabiendo esto, ¿quién quiere hacer todo ese trabajo cuando es tan sencillo creer lo que es conveniente desde la comodidad de nuestro sofá mientras vemos Netflix?

Pero de esto se trata el camino para las personas como tú y como yo, desarrollar nuestra «arma de la verdad» y usarla para luchar contra un sistema el cual tiene el propósito de consumirnos con cada oportunidad que tenga.

La mejor forma de evitar esta trampa es tratar de probar que estamos equivocados con todas las creencias que podamos identificar, en vez de creer que estamos en lo correcto con todo. 

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Trampa #3: Querer cambiar el mundo

Déjame te explico. Para empezar, en esencia, no hay nada malo con querer cambiar el mundo, el problema es que tenemos toda una generación de jóvenes queriendo cambiar el mundo, que ni siquiera tienen suficiente disciplina para tender sus propias camas o cepillar sus dientes en las mañanas. Pero, ¿Cómo pasa esto y cuál es la trampa a la que me refiero?

Es esto: la idea de «querer cambiar el mundo» se convierte en una forma muy conveniente para evitar mirarnos en el espejo. Una forma conveniente para evitar el trabajo difícil que se requiere para mejorar nosotros mismos. Es por esto que vemos demasiados jóvenes cayendo en la trampa de convertirse en consejeros motivacionales, mucho antes de alcanzar la madurez necesaria para hacerlo, de hecho, si miras a tu alrededor, vas a encontrar muchas personas vendiendo cursos basura prometiendo enseñarnos cómo ganar $2000 dólares diarios comprando acciones, “Renuncia a tu trabajo y vuélvete millonario” o lo peor de todo ¿Cómo convertirte en un influencer de redes sociales? Pero ya hablaremos de eso en otro video.

De todas formas, pregúntale a cualquiera de esas personas ¿por qué hacen lo que hacen? Y la respuesta en común que te van a dar es «porque quiero ayudar a los demás», cuando la verdad es que solo se están ayudando a sí mismos, y repito, ¡Ellos no son malas personas! La mayoría de ellos de verdad creen que están ayudando a los demás.

Sin embargo, están tan atrapados en su falsa realidad, tanto, que han caído profundamente en la trampa. Su existencia está basada en un estado de ceguera total y ellos ya no saben cómo escapar, es muy fácil que esto le pase a cualquiera de nosotros. 

Ahora, esto que les digo es la realidad de cambiar el mundo, de hecho, miremos uno de los más grandes «cambiadores» del mundo, en la historia de la humanidad, Mahatma Gandhi, y leamos el mensaje que nos dejó:

En esencia, lo que quería decir Gandhi era que si queremos cambiar el mundo, primero necesitamos cambiar nosotros mismos. Está bien querer cambiar el mundo, pero es una trampa querer hacerlo sin un profundo entendimiento de lo que eso significa en verdad. No podemos controlar el mundo, pero sí a nosotros mismos, de la mejor manera, podemos ser el cambio que queremos ver en el mundo, y hacer esto requiere de mucho trabajo, muchos fracasos, salir de nuestra zona de confort, y todo lo demás a lo que tememos que pasará cuando nos miremos de cerca nosotros mismos en el espejo.

Pero, confía en mí cuando digo esto, vale cada maldito segundo.

Conclusión

Entonces, hagamos un resumen, estas son las tres trampas ocultas del autodesarrollo con las que deben tener cuidado:

Trampa #1: Querer ser percibido como el héroe en lugar de ser el héroe

Cuando empezamos la aventura de convertirnos en héroes, es normal querer saltarnos el camino y llegar directo a la parte del héroe. Hacemos esto cuando intentamos usar la validación de los demás para «validar» la idea de que ya somos esa persona.

Una buena manera  de evitar esta trampa, es imponernos tareas difíciles, y lograrlas. Cuando lleguemos a la línea final de cualquier meta, vamos a entender que lo único que valió la pena fue el camino que nos llevó hasta ese momento.

Trampa #2: Aceptar «verdades convenientes»

Esto sucede en especial al inicio de nuestras aventuras: es muy fácil creer lo que es conveniente para nosotros, en lugar de lo verdadero, porque darnos cuenta de la verdad requiere esfuerzo, y este esfuerzo viene con el “riesgo” de estar equivocados. 

Para conocer en realidad lo que es la verdad, debemos estar dispuestos a arriesgar y estar equivocados. Una buena forma de evitar esta trampa, es tratar de probar que estamos equivocados en lugar de probar que estamos en lo correcto.

Trampa #3: Querer cambiar el mundo

Querer «cambiar el mundo» es en la mayoría de los casos una excusa perezosa para mantener nuestra mirada enfocada hacia lo externo, en vez de mirar hacia lo que necesitamos cambiar en nuestro interior. Una buena forma de evitar esta trampa, es cuando nos enfocamos en ser el cambio que queremos ver en este mundo.

Entonces, si pones atención a cada una de esas tres trampas, te vas a dar cuenta que están muy relacionadas, todas representan una salida fácil y lo más irónico es que mientras podemos «percibirlas» como fáciles, a la larga, estas trampas hacen nuestras vidas mucho más difíciles, incluso lo más inquietante es que, saber que estas trampas existen, puede no ser suficiente para evitar que caigamos en ellas, así que, muy parecido a la historia de Odiseo y sus hombres…

“No importa que tan alto canten las sirenas, debemos poner cera en nuestros oídos y amarrarnos al mástil de nuestro barco hasta que las hayamos dejado atrás.”

Debemos confiar que nuestras creencias son correctas y les prometo que una vez alcancen el éxito, lo van a entender. Pero otra vez, yo sólo soy un PNJ, y cada uno tiene su propia aventura. 

Bueno amigos, sin importar en qué punto estén en su camino, creo que a todos nos gustaría muchísimo escuchar historias de sus propias experiencias con estas trampas, o incluso otras trampas en las que hayan caído.  Así que, deja tu comentario abajo. 

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Ciao, y nos vemos en un próximo post.

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Autoconocimiento en un Mundo falso

Autoconocimiento en un Mundo falso

“Conócete a ti mismo”, fue uno de los conceptos más importantes desde los comienzos de la filosofía, fue uno de los tres más grandes inscritos en la entrada del legendario Templo de Apolo, y fue referenciado de manera frecuente en las escrituras de Platón.

Pero hoy en día, parece que en realidad ya nadie se preocupa por ”Conócete a ti mismo», porque lo que sabemos de nosotros mismos es que nunca nos enseñaron a cuestionarlo. Yo creo que eso que decimos de “quiénes somos”, nuestro entero entendimiento del “yo” es una completa mentira, un mito, una trampa elaborada por una falsa realidad, un sistema diseñado para convertirnos en ganancias.

Esto es porque entre “menos” entendamos de nosotros mismos, será más fácil que consumamos costosas “soluciones” externas, lo único que le interesa al sistema es obtener ganancias.

Mi experiencia ha sido que cuanto más soy capaz de entender la realidad de mi “yo”, más libertad desbloqueo para crear quién soy «yo». Esta es la razón por la cual soy una persona muy diferente  en comparación a lo que era hace solo pocos años.

Así que hoy, en este video, vamos a martillar a esta tonta idea que guardamos de lo que es el «yo», con este objetivo, tal vez algunos de ustedes puedan sentir también la misma libertad de crear quiénes son como personas. 

Empecemos por el principio, ¿Qué carajos es este «yo» y cuál es su importancia?

El “yo” solo surge en la presencia de los “otros”

Imagina una situación donde eres la única persona en el mundo. ¿Cómo llegarías a conocer a tu «yo» si ese fuera el caso? Bueno, no podrías. Si tu existes solo, la noción del «yo» no tiene sentido, sin al menos una persona más, no hay «contexto».

¿Cómo podrías describir la luz si solo hubiera oscuridad? No podrías. 

Y por esto, el «yo», por definición, requiere la existencia de los «Otros». Digamos que consideramos nuestro «yo» como alguien amable, y pues, de verdad, yo creo que soy una persona «amable», ¿Cómo llegamos a la conclusión de que somos «amables”?

¿Solo creemos, «por nosotros mismos» en ausencia de los demás, que somos «amables»? No, como lo que dijimos antes, necesitamos de los «otros» para formar cualquier idea de quiénes somos.

Entonces, ¿la idea de que somos «amables» solo es lo que creen los otros? Claro que no, estamos hablando acerca de una idea que tenemos de nosotros mismos. 

Presten atención a esto. La idea que tenemos de nuestro «yo» siendo una persona «amable», es de hecho lo que pensamos que los demás piensan que somos, si nos vemos a nosotros mismos como personas «agradables», lo que en realidad estamos diciendo es que pensamos que los demás piensan que somos agradables.

Si yo me veo como alguien «inteligente», lo que en realidad estoy diciendo es que pienso que los demás piensan que soy inteligente. Y así, sin excepción, todo lo que pensamos de nuestro «yo», es en realidad la culminación de todo lo que pensamos que los demás piensan que somos. Interesante, ¿no?

Ahora que hemos determinado que el «yo» está basado en cómo pensamos que los demás nos perciben, podemos empezar a entender qué tanto control de verdad tenemos sobre eso. Pero bueno, ¿cómo lo hacemos?

Bueno, yo creo que empieza con entender la verdad oculta de cómo interactuamos con otras personas.

Solo compartimos lo que queremos que otros perciban

Nosotros somos un enorme océano de consciencia, envueltos en el «yo dentro de la piel», una piel que construimos usando lo que pensamos que los demás piensan de nosotros. Cuando comprendemos esto, somos libres para empezar a entender que cada cosa particular que decimos o compartimos con los demás, no es sino lo que queremos decir y compartir.

Cada interacción que tenemos con el otro, sin excepción, es lo que nosotros queremos que ellos perciban. Cuando le decimos algo a nuestros amigos, publicamos en redes, o incluso creamos videos para YouTube, estamos, en cada momento, proyectando esta idea de lo que guardamos en nuestro ser.

Sí, yo sé lo que están pensando, esto es molesto de escuchar, algunos de ustedes incluso lo pueden considerar ofensivo, porque aquí hay una implicación y esa implicación es que no somos 100% auténticos, no somos «perfectamente» auténticos.

Pero amigos, claro que no somos «perfectamente» auténticos. La perfección es un «ideal» y los ideales son cosas perfectas, nosotros por el contrario somos cosas imperfectas. Pensar que somos perfectamente auténticos es pensar que somos dioses, una forma de adoración propia con consecuencias fatales. Nunca podremos ser perfectamente auténticos, pero, por supuesto, podemos ser más auténticos.

Y en sí no hay nada malo con el hecho de que cada cosa que decimos y compartimos con los demás, estamos «eligiendo» decirla y compartirla, sin embargo, la trampa está en no ser conscientes de esto. Es por eso que plataformas como Facebook e Instagram están, por naturaleza, sesgadas hacia la falta de autenticidad. En estas plataformas, tenemos todo el tiempo del mundo para escoger con mucho cuidado nuestras palabras, y para editar las fotos hasta la perfección, compartimos contenido no solo con una, sino con cientos o miles de personas, la presión por validación externa es enorme.

Otra vez, en sí no hay nada malo con el hecho de que no somos y nunca seremos «perfectamente» auténticos, de hecho, es todo lo contrario. Cuando creemos que somos «perfectamente» auténticos, es posible que confundamos lo que nos «proyectamos» ser, con la representación perfecta y auténtica de nosotros mismos.  

Y así, la trampa aquí es que cuando empezamos a creer que nuestra «proyección» es real, empezamos a confundir quiénes somos en verdad, enormes océanos de consciencia, lo que «pensamos» que somos, y la línea entre la realidad verdadera y la realidad falsa se empieza a difuminar. Nos hemos perdido en el bosque, y no estamos del todo seguros de cuál dirección nos llevará de regreso a casa. Entonces, ¿cómo encontramos el camino a casa? y en el proceso, ¿cómo llegamos a «conocernos a nosotros mismos»?

Bueno, podemos decir que hemos confundido nuestra proyección con nuestra realidad, porque cuando esto pasa, se caracteriza con una búsqueda obsesiva de «validación externa», si la proyección es lo único que existe, entonces la validación externa es el mecanismo por el cual se alimenta.

Profundicemos un poco más: La validación externa, cuando está en balance con la validación interna, es de hecho el medio por el cual podemos escapar del bosque y regresar a casa, a nuestro verdadero yo.

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La validación externa nos ayuda a explorar la realidad de quiénes somos

Ahora, si nuestra idea integral del «Yo», es lo que pensamos que los demás piensan de nosotros, entonces de todos modos, la validación externa es solo la confirmación de lo que pensamos de nosotros mismos, de este modo, la validación externa funciona como una poderosa herramienta para entender quiénes somos, porque nos muestra qué tan exacta es nuestra idea de quién somos en realidad.

¿Estamos de acuerdo? Quiero decir, si no recibiéramos validación externa por las cosas que hacemos, ¿cómo rayos vamos a tener idea de si las cosas que hacemos corresponden o no a lo que creemos que somos?

Bueno, mejor hagámoslo más sencillo, les voy a dar algunos ejemplos. 

Si queremos ser buenos atletas, necesitamos validación externa ganando competencias de atletismo.

Si queremos ser buenos en los negocios, necesitamos validación externa que venga de empleados motivados y clientes satisfechos.

Si queremos ser excelentes maestros, necesitamos validación externa viendo cómo nuestros estudiantes aprenden de verdad lo que les tratamos de enseñar. 

Si queremos verdadera confianza, necesitamos hacer cosas difíciles.  ¿Las cosas son difíciles porque nosotros las vemos difíciles?, ¿O son difíciles porque pensamos que los demás piensan que esas cosas son difíciles?

Pero claro, cada uno de los ejemplos debe estar balanceado con nuestro propio sentido «interno» de validación, parece que nos equivocamos cuando sólo buscamos la validación externa.

De alguna manera, esto lo podemos ver en Facebook e Instagram, ¿cierto? Como cuando alguien publica algo acerca de una tragedia, pero hacen ver la publicación como si se tratara solo de ellos, qué tan «enojados» o «indignados» están, más o menos podemos decir que lo único que les importa son ellos mismos, y no la tragedia como tal.

Pero también debemos ser muy cuidadosos con esto, porque puede ser muy fácil que caigamos en la trampa de «juzgar a los demás». El verdadero truco está en entender que ser capaces de ver este tipo de cosas en los demás, requiere que nosotros seamos capaces de ver esas mismas cosas en nuestro interior. Para decirlo de otra forma, ver estas cosas en el otro requiere en primer lugar, que seamos capaces de verlas dentro de nosotros mismos.

Resumen

Bueno amigos, entonces para resumir: El «Yo» solo puede existir a través del «Otro». El «yo» no es «lo que creemos que somos», sino «lo que pensamos que los demás piensan que somos».

Cuando interactuamos con el «otro», en cada momento estamos «proyectando» nuestro ser. En cada interacción que tenemos con los demás, no solo elegimos lo que queremos compartir, sino que también elegimos lo que queremos que otros perciban.

Cuando confundimos las proyecciones con nuestro verdadero yo, nos podemos perder en una realidad falsa. Esto se puede notar cuando hay una búsqueda obsesiva de validación externa, si la balanceamos con nuestra propia validación interna, la validación externa se puede convertir en una herramienta que nos ayude a entender si las cosas que decimos y hacemos son o no coherentes con lo que somos, «lo que pensamos que otros piensan de nosotros». 

Cuando entendemos el rol esencial que «los demás» juegan para conocer quiénes somos, podemos empezar a entender más a «conócete a ti mismo». 

En palabras de Maxwell Maltz:

Cuando entendemos que cada cosa que decimos y compartimos con los demás es porque en realidad elegimos decirlas y compartirlas, es ahí cuando ganamos poder sobre las diferentes cosas que decimos, lo cual es el inicio de la transformación radical de quienes creemos que somos nosotros.

Cuando identificamos la validación externa no como un obstáculos para conocer quienes somos, sino como una herramienta invaluable en el camino del autodescubrimiento, que debe estar balanceada de forma apropiada con nuestra validación interna, es ahí cuando llegamos a comprendernos de una manera más auténtica a nosotros mismos. 

Así de curioso es, que cuando llegamos a conocernos nosotros mismos de verdad, empezamos a desbloquear la habilidad de «crear» quiénes somos.

Bueno amigos, creo que esto es suficiente por hoy. Estoy demasiado interesado en ver qué revelaciones y aprendizajes tuvieron de este video, si aprendiste algo interesante podrías dejarlo en los comentarios abajo. Y si te gustaría ver más contenido como este, suscríbete y toca la maldita campanita. 

Ah sí, y asegúrate de seguirme en Instagram, @nelsonquest, voy a publicar más actualizaciones sobre mi canal y también voy a subir información de transmisiones en vivo.

Cia y nos vemos en el próximo post.

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Ansiedad: Cómo Controlarla

Ansiedad: Cómo Controlarla

Hola amigos, bienvenidos, bienvenidos, bienvenidos, tomen asiento, siéntanse como en casa. Hoy les quiero hablar de mi viejo amigo: Ansiedad. 

Cuando nos conocimos, tenía alrededor de 13 años y por muchos años tuvimos una relación horrible, yo solo quería que se fuera. Sin embargo, hace unos 9 años, se me ocurrió que tal vez debería sentarme y tener una conversación con él y es exactamente lo que hice, ahora él de hecho, es uno de mis mejores amigos. Siempre está cuidándome.

Ya no lo veo tanto durante los últimos años, supongo que los dos hemos estado muy ocupados, pero estas últimas semanas resultó que él estaba de visita, ¡y yo NO tenía ni idea! Hablaremos de eso en un momento.

De todos modos, si eres alguien que ha tenido problemas manejando su ansiedad, si sientes que te detiene, te paraliza, te debilita de alguna manera, bueno, mira este video, te prometo que cuando la hayas terminado te sentirás mejor.

En realidad, ¿Qué es la ansiedad?

Es una sensación “una sensación de preocupación, nerviosismo o incomodidad acerca de algo con un resultado incierto”.

Es habitual que sintamos ansiedad en situaciones dónde estamos pensando de forma negativa. “No sé qué estoy haciendo… no le importo a nadie… se me está acabando el tiempo”.

Cuando nos preocupamos por nuestra situación financiera.  “¿Cómo voy a pagar la renta?, ¿$2000 dólares por un jodido tobillo torcido? Por Dios, mi cliente más importante me abandona”.

Cuando estamos en situaciones sociales incómodas. “Todos en esta fiesta están hablando con alguien menos yo. ¡maldición!, pensé que yo le gustaba a ella. Hombre, estoy jodiendo todo.”

En términos generales, experimentamos ansiedad en diversas situaciones. Por un lado, sentimos una leve molestia. Tal vez un pequeño nudo en el estómago, o nuestros hombros tensionados. Por el otro lado, colapsamos en el suelo, respirando con dificultad y sintiendo que todo está a punto de terminar. Pero bueno, ya hablamos suficiente de lo que es la ansiedad, hablemos de lo que no es ansiedad, estas solo son mis observaciones personales.

La ansiedad no es una enfermedad, no necesitamos medicación para tratarla, no necesitamos un psicólogo, amigos o familiares que nos ayuden a “escapar” de nuestra ansiedad y no  es algo de lo que necesitamos ser “curados”.

“La ansiedad” es completamente “normal”, pero porque es considerada una emoción “negativa”. Vivimos en sociedades capitalistas, de las cuales el “objetivo” es siempre generar ganancias. Como resultado, la sociedad ha evolucionado para usar en nuestra contra todas y cada una de las cosas dentro del “espectro negativo”, para hacernos creer que somos dañados o  inferiores, para convencernos de que nos hacen falta las herramientas necesarias para ser capaces de arreglarnos, lo cual es irónico, considerando que para empezar ni siquiera estamos rotos. Y cuando nos faltan las herramientas necesarias, miramos hacia afuera, lo cual es por supuesto, donde se obtienen todas las ganancias.

“¿Quieres arreglarte? Necesitas comprar este curso. Necesitas leer este libro. Necesitas tomar este medicamento”. Lo único que escucho es Externo, Externo, Externo.

Bueno, esto no es una crítica al capitalismo, no creo que haya un mejor sistema económico, pero cuando pones las “ganancias” sobre todo lo demás, hay ciertas consecuencias “esperadas” que son fáciles de predecir y esta es una de ellas.

Odio dar malas noticias a personas buenas, pero la mayoría de quienes están viendo este video, y me incluyo, nunca hemos buscado de verdad en nuestro interior, porque nunca nos dieron las herramientas para ser capaces de hacerlo. La sociedad hace todo a su alcance para “cegarnos” y “distraernos” de la más mínima posibilidad de que busquemos en nuestro interior. Imagina qué tan catastrófico sería para la industria farmacéutica si todas las personas fueran capaces de arreglarse por ellas mismas, si las personas se dieran cuenta que no estaban rotas en primer lugar.

Bueno, creo que para este momento, tenemos una idea clara del “problema”.

Cómo nos enseñan a experimentar la ansiedad

La ansiedad es considerada una “emoción negativa” y como tal, se agrupa en una gran canasta con todas las demás “emociones negativas” como tristeza, rabia, soledad, vergüenza. 

Cuando experimentamos emociones negativas, nos condicionan a buscar respuestas desde el exterior, solo porque no creemos  que podemos arreglarlas nosotros mismos. De hecho, en muchas ocasiones, estamos seguros que no podemos arreglarnos. De hecho, para empeorar las cosas, nos gusta la idea de que estamos rotos, porque eso significa que no somos responsables de nosotros mismos.

Quiero decir, ¿por qué sentirnos responsables de nosotros mismos cuando podemos simplemente culpar lo incontrolable, los factores externos? Vemos esto todo el tiempo en diferentes áreas de nuestras vidas. 

“Las mujeres me rechazan no porque soy un perdedor patético que nunca ha hecho nada digno de una mujer increíble, sino porque debo mejorar mi estrategia de conquista”

“Tengo mucho estrés, así que en vez de hacer cosas que reduzcan mi estrés, voy a ver Netflix” 

O mi favorito:

“No soy capaz de completar mi trabajo porque no tengo motivación, déjame ver algunos videos motivacionales en YouTube”

Así que cuando creemos que estamos rotos, de nuevo, queremos creer que lo estamos y nos “diagnostican” con algún tipo de problema donde necesitamos una solución “externa”, así sea diagnosticado por nosotros mismos, un amigo o un profesional, cuando esto sucede sentimos un alivio certificado. Porque en ese momento, somos capaces de señalar hacia algo que percibimos como “definitivo” y como en una revelación decimos “Claro, yo sabía que no era problema mío… todo lo que necesitaba era esta cosa externa para arreglarme”.

Pero en el instante que consumimos esa cosa externa, nos condenamos a nosotros mismos. En ese momento, hemos concluido por error que estamos rotos y que nos hacía falta algo externo para arreglarnos.

Con algunas excepciones, esto es como nos han enseñado a experimentar la ansiedad.

Cómo yo solía experimentar mi ansiedad

Mencioné antes que la primera vez que conocí la ansiedad tenía casi 13 años. No tenía amigos, no tenía con quién sentarme durante el almuerzo, cada minuto de la escuela era una lucha para tratar de ser tan invisible como me fuera posible y por eso, siempre tenía ansiedad. Cuando estaba solo sin nada que hacer era cuando los pensamientos negativos aparecían. Esto continuó por años.

Tiempo después, hice amigos y la vida se volvía mejor, pero aún era muy normal para mí experimentar episodios de ansiedad paralizante donde me sentía incapaz de hacer algo. En mi caso, me sucedía más que todo en situaciones sociales.

Mi experiencia me ha llevado a entender que todos enfrentan la ansiedad de una manera distinta, dependiendo de sus rasgos únicos de personalidad. Como un introvertido, cada vez que experimentaba ansiedad, mi instinto era el de refugiarme en mi interior, tratando de “escapar” de mi ansiedad, intentaba “tranquilizarme” a mí mismo con cosas destructivas, como pidiendo pizza para comérmela yo solo. Me escondí también en muchas otras cosas autodestructivas, el alcohol más que todo, además de otras cosas de las que, bueno, tal vez hable de ellas en otro video.

Al hacer todo esto, creo que estaba tratando de probar que no tenía control sobre mí mismo, que estaba roto, porque era eso lo que yo quería creer. Esas son las cosas fáciles de creer porque, si yo estaba “roto”, entonces mi condición dejaba de ser mi “culpa”. En vez de tomar responsabilidad personal, ahora era libre para buscar soluciones externas.

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Cómo experimentar la ansiedad como poder

La forma en que yo experimentaba ansiedad cambió drásticamente desde hace unos 9 años. Tuve un momento de epifanía donde me di cuenta que las emociones negativas eran solo “negativas” porque yo elegí  percibirlas como negativas.

Mi experiencia es que las emociones son emociones, no son positivas o negativas por naturaleza, ellas solo son simples emociones. 

Recuerdo bien cuando me acomodé en mi sofá y literalmente, dando palmaditas sobre el asiento vacío, invité a todas mis emociones negativas a sentarse conmigo para que nos conociéramos mejor. La ansiedad fue una de esas emociones, así que nos sentamos en mi sofá por unas cuantas horas.

Esto va a sonar algo extraño, pero con todas las emociones que me había sentado, ellas eran al principio oscuridad y a medida que iban tomando forma, la figura que apareció frente a mí era yo. Yo, mirándome a mí mismo.

Y así, con mi amigo Ansiedad, creo que se podría decir que estaba equivocado en todo lo que yo creía saber de él. Había pasado años intentando ignorarlo, y cuando decidí al fin mirarlo directamente, fue cuando me di cuenta que lo que trataba de hacer era mostrarme cosas importantes. Hoy en día, mi ansiedad sigue siendo un gran amigo y un increíble aliado. Dejo que mi ansiedad caiga sobre mí como una refrescante cascada.

Mencioné antes que todavía me visita de vez en cuando, y a veces me toma un tiempo darme cuenta de las razones por las cuáles está ahí. Déjame compartir un ejemplo de ansiedad que viví hace un tiempo y cómo fui capaz de usarlo para que me diera poder, el amor.

Los últimos años en particular, he experimentado mucha ansiedad cuando me pongo a pensar si voy a volver a encontrar el amor. Hace casi un año, cuando mi ansiedad se había acumulado tanto que por fin me di cuenta que estaba allí. Nos sentamos y esta fue más o menos la conversación que tuvimos:

Bueno Nelson, parece que te preocupa mucho que no puedas volver a encontrar el amor. ¿Por qué crees eso?

> Hmm, Bueno, son muchas cosas. Para empezar, parece que perdí la habilidad para acercarme a las mujeres que encuentro atractivas. 

Bueno, ¿por qué lo crees? En el pasado has sido capaz de hacerlo, y casi siempre iba bastante bien.

> Bueno, he sido capaz de hacerlo solo cuando me siento con una confianza tremenda.

Bueno, ¿y qué era lo que te daba tanta confianza en esas situaciones?

> Estaba haciendo cosas difíciles y teniendo éxito.

Así que te falta confianza en este momento porque no estás haciendo suficientes cosas difíciles.

> Es cierto, me he relajado.

Muy bien, suena a que necesitas empezar ese canal de YouTube en Español que has estado aplazando tanto. Y es hora de que aprendas cómo pelear…vamos a boxear.

> Suena bien, me voy a encargar de eso ya mismo.

Ahora, tú estás buscando “la mujer indicada” ¿Qué podemos decir de tus experiencias pasadas?

> Bueno, siempre les he atraído a las mejores novias que he tenido.

¿Qué era lo que hacía que estuvieran atraídas hacia ti?

> Hmm, yo estaba completo. Estaba destacando en todos los aspectos de mi vida, físico, mental, expresivo y ocupacional. 

Muy bien, bueno, creo que ya sabes lo que debes hacer.

> Si, ya lo sé.

Bueno, ese fue un escenario muy básico, pero creo que una importante lección es entender que la ansiedad nos ayuda a identificar debilidades, que suelen esconderse tras miedos irracionales, los cuales a veces se basan en inseguridades. Y cuanto más capaces seamos de identificar nuestras debilidades, miedos e inseguridades, más  cosas increíbles nos sucederán, a medida que identifiquemos cada una de estas cosas, al mismo tiempo descubriremos nuestra versión más fuerte y más valiente, la “mejor” versión de nosotros en la que deberíamos trabajar.

Resumen

La Ansiedad NO es una enfermedad que necesitamos “curar”.

La ansiedad y otras emociones “negativas” NO son cosas desagradables de las que deberíamos escapar. De hecho, son necesarias y en ocasiones nos señalan cosas que necesitan nuestra atención.

Nos ENSEÑARON a experimentar la ansiedad de una manera lucrativa.

La sociedad tratará de usar la ansiedad para convencernos de que estamos rotos, para poder abalanzarse sobre nosotros y vendernos “soluciones externas”, cuando las soluciones reales casi siempre son internas.

Podemos experimentar la ansiedad como PODER.

Cuando dejamos de percibir la ansiedad como una emoción negativa y, por el contrario, la percibimos como una simple “emoción”, al igual que cualquier otra, es ahí cuando somos libres de percibirla como sea que queramos.

Cuando usamos nuestra ansiedad para que nos ayude a identificar nuestras debilidades, miedos, e inseguridades, al mismo tiempo identificamos nuestra versión más fuerte y más valiente, la “mejor” versión de nosotros mismos en la que deberíamos trabajar y lograr.

Tal vez, la próxima vez que la ansiedad venga a tocar tu puerta, déjala entrar. Ofrécele un asiento, sírvele un vaso de tu whiskey más fino y escucha lo que tenga para decirte.

Chao y nos vemos en el próximo post.

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