Me Convertí En Mi Mejor Versión … Aquí Está La Fórmula (3 Pasos)

Me Convertí En Mi Mejor Versión ... Aquí Está La Fórmula (3 Pasos)

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Pasé la mayor parte de mi vida sintiendo que nunca lograría mucho y este sentimiento sólo empeoró después de graduarme de la universidad, donde parecía que con cada año que pasaba, todo el mundo a mi alrededor se movía hacia adelante, mientras que yo seguía igual. 

Así que si me dijeras que un día me mudaría a otro país, aprendería español y salsa, boxearía y escalaría montañas, construiría un gran negocio, aprendería filosofía y descubriría la espiritualidad. Que, como introvertido, un día haría vídeos en YouTube en los que ayudaría a iluminar este camino para otros. Si le hubieras dicho todo esto a mi yo más jóven, te habría dicho que estabas jodidamente loco.

De todos modos, todas las grandes preguntas del desarrollo personal: ¿Cómo puedo desarrollar la confianza? ¿Disciplina? ¿Ética de trabajo? ¿Cómo puedo dejar de procrastinar? ¿Dejar de tomar malas decisiones? ¿Dejar de sentirme deprimido?

Todas estas preguntas tienen su origen en una pregunta mucho más profunda, quizá la pregunta de las preguntas: ¿Cómo puedo convertirme en mi mejor versión?

Ahora bien, a juzgar por la cantidad de vídeos de mierda y pseudo-motivacionales de “cómo ser tu mejor versión” que hay en YouTube, me quedan claras dos cosas:

  1. Mucha gente aspira a ser su mejor versión
  2. Mucha gente no tiene ni idea de lo que significa la “mejor versión”, y mucho menos de cómo llegar a ella

Así que en este artículo vamos a profundizar. Voy a desglosar las complejas implicaciones psicológicas de todo esto mientras comparto los 3 pasos exactos a través de los cuales fui capaz de convertirme en mi mejor versión. ¡Comencemos!

Paso 1: Entender el “yo” y el “yo ideal”

¿Cómo puedo convertirme en mi mejor versión? Si nos fijamos bien, esto implica en realidad dos personas diferentes. Tenemos el “yo”, que existe en el momento presente, y “mi mejor versión”, una versión ideal de mí que existe en algún momento futuro.

Mi yo presente es perezoso, improductivo, débil y a veces se masturba más de 5 veces al día.

Mi yo ideal se levanta a las 5 de la mañana, trabaja sin esfuerzo días enteros y escala montañas en su tiempo libre.

Así que cuando nos preguntamos “¿cómo puedo convertirme en mi mejor versión?” Lo que realmente estamos diciendo es que “Yo soy yo ahora mismo, pero eso no es lo que quiero ser. Quien quiero ser, es el yo que quiero ser, en algún momento futuro

Son dos personas diferentes, lo que implica otra cosa realmente importante, la razón por la que nuestro “yo” actual no es todavía nuestro “yo ideal” se puede resumir en una sola palabra: control.

Porque si tuviéramos el control, entonces todos iríamos al gimnasio y tendríamos 6 packs, e instantáneamente buenos hábitos, pero eso no es lo que sucede, en cambio fallamos y procrastinamos y retrasamos las cosas porque nos falta el control.

Para la mayoría de la gente, es incómodo reconocer esto, yo solía odiar la idea de que no tenía el control de mí mismo porque me hacía sentir débil, pero esto es lo importante, la mayoría de las personas que comienzan este viaje inmediatamente comienzan a publicar tonterías motivacionales en las redes sociales y quieren verse como un modelo para todos los demás, pero ¿Cómo se supone que vamos a comenzar un viaje auténtico de desarrollo personal, si ni siquiera podemos reconocer las cosas obvias, como lo débiles (y probablemente también patéticos) que somos ahora mismo en el momento presente antes de hacer cambios?

El reconocimiento de que carecemos de control, de que no somos ni de lejos lo que podríamos ser, es lo que permite que un viaje auténtico comience en primer lugar. Cualquier otra cosa es una ilusión, y no de las buenas.

Yo soy yo, en el momento presente, una criatura débil y patética que tiene muy poco control sobre el tipo de decisiones y hábitos que me van a transformar en quien quiero ser, mi “yo ideal”, que existe en el futuro y se caracteriza principalmente por una cosa, control.

¿Entendido? Bien, pasemos al siguiente paso.

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Paso 2: Comprender el “yo” de forma auténtica

Bien, ya tenemos el “yo” y el “yo ideal”. Si vamos a seguir avanzando, probablemente deberíamos trabajar para tener una comprensión auténtica de ambos. Así que empecemos con el primero, “yo”. ¿Qué es exactamente el “yo”?

Bueno, podemos pensar que lo sabemos, pero seamos sinceros, para la mayoría de nosotros, lo que “creemos” que somos no está ni siquiera cerca de lo que “realmente” somos. Todos conocemos a alguien que piensa que es algo que claramente no es, son personas “inauténticas”, y mientras esto es fácil de observar en otros, es extremadamente difícil de observar en nosotros mismos.

Les pondré un ejemplo con el que la mayoría de ustedes, si son sinceros, se sentirán identificados. En el pasado, cuando mis amigos compartían sus logros en las redes sociales, en un nivel superficial me sentía y actuaba como si estuviera feliz por ellos, pero en el fondo, en un nivel más profundo, estaba celoso. Cuando mis amigos “fracasaban”, en un nivel superficial, les apoyaba y era compasivo, pero en un nivel profundo, en realidad quería que fracasaran.

Ahora bien, la mayoría de nosotros no queremos pensar que somos celosos y amargados, probablemente tanto como no queremos pensar que somos débiles, y así, incluso si experimentamos estas emociones de forma auténtica, en lugar de reconocerlas, elegimos enterrarlas bajo la máscara de lo que pretendemos ser.

Hay muchos problemas con esto, pero al menos en lo que tiene que ver con convertirnos en nuestra “mejor versión”, es críticamente importante que identifiquemos honestamente toda la debilidad dentro de nosotros como sea posible porque todo esto se une para formar el punto de partida del viaje. El punto de partida auténtico.

Reconocer nuestra falta de control y cómo nos hacen sentir realmente las personas que nos rodean es la forma en que llegamos a entender nuestro “yo” de forma más auténtica, que es la ½ de la ecuación de “convertirme en mi mejor versión”.

Ser honesto acerca de cómo me hicieron sentir las cosas realmente me permitió entender mi “yo” a un nivel auténtico, y al hacerlo pude darme cuenta de que sentía “celos” porque quería el éxito de otras personas para mí. Me sentía feliz cuando otros fracasaban porque sus fracasos me hacían sentir mejor sobre mi propia posición en la vida. 

Estos descubrimientos me llevaron a darme cuenta de que toda mi autoestima y todo lo relacionado con la forma en que me medía a mí mismo tenía que ver con los demás: el mundo externo y falso en el que, para colmo, la mayoría de los éxitos que comparte la gente son muy exagerados, y la mayoría de los fracasos que comparte la gente son para conseguir likes y atención.

Darme cuenta de esto me permitió dejar de compararme con los demás y empezar a compararme con mi “yo ideal”, que es la comparación correcta que debemos hacer si queremos convertirnos en nuestra mejor versión. 

Ahora, en lugar de compararme con los demás, simplemente me veo en ellos. Cuando la gente tiene éxito, me veo a mí mismo triunfando y siento una auténtica felicidad. Cuando la gente fracasa, me veo a mí mismo fracasando, y me siento solidario y compasivo.

Probablemente no somos quienes creemos que somos, y si queremos entendernos auténticamente, deberíamos empezar por apagar la televisión, desconectar de las redes sociales, y al menos temporalmente, retirarnos del mundo externo, porque ese mundo está gobernado por la ganancia y prácticamente nada es lo que parece.

El mundo externo no quiere que nos entendamos auténticamente a nosotros mismos porque aquí no hay ganancia. Cuanto menos nos entendamos a nosotros mismos, menos capaces seremos de resolver nuestros propios problemas y lidiar con nuestras propias cuestiones, y más probable será que busquemos todo tipo de productos y servicios de mierda para arreglar los síntomas pero nunca las causas de fondo.
El mundo externo nos programa para pensar que somos algo que no somos, y quienes realmente somos está esperando ser descubierto en el interior donde ni siquiera un video de 12 minutos de YouTube puede llevarnos.

Paso 3: Entender auténticamente el “yo ideal”

La mayoría de nosotros tenemos una idea aproximada de nuestro “yo ideal”, el problema es que la sociedad generalmente tiene sus propios planes de lo que quiere que seamos, y es muy fácil confundir “lo que pienso que quiero ser” con “lo que realmente quiero ser”.

Voy a compartir otra experiencia personal. Durante mis primeros años de adolescencia, mientras los otros niños estaban jugando, yo estaba ocupado trabajando en renders 3D de aviones de combate, o escribiendo reseñas para los videojuegos de rol que solía jugar y publicándolas en un sitio web que había diseñado completamente con HTML y photoshop. Pero como mis padres tenían ideas diferentes de lo que significaba el “éxito”, me alejaron de mis pasiones y me orientaron hacia lo que ellos consideraban carreras “bien pagadas”, básicamente banquero, médico o abogado. Para resumir la historia, pasé 5 años obteniendo un título en economía, y un par de años más haciendo prácticas y trabajos que odiaba antes de volver a tropezar con la construcción de páginas web (algo que realmente me apasionaba) y ahora muchos años después soy dueño de un gran negocio de diseño web para agentes inmobiliarios. 

De todos modos, lo que quiero decir es que la idea que tenía de mi “yo ideal” había sido definida completamente por la sociedad y otras influencias externas y, sin embargo, creía plenamente que ser un banquero bien pagado era parte de mi “yo ideal”. Fue sólo cuando empecé a construir páginas web de nuevo, que llegué a entender más auténticamente mi verdadero “yo ideal”, al menos la parte ocupacional.

Nuestro “yo ideal” también tiene componentes expresivos, físicos y mentales, y tenemos que trabajar para entender auténticamente esas partes también, lo que no es fácil porque la sociedad ya tiene planes para nosotros.

Ahora bien, en cuanto a ¿Cómo puedes descubrir tu “yo ideal”? Bueno, esa es una muy buena pregunta. Creo que si tu “yo ideal” es algo parecido a una persona famosa, rica, con una enorme mansión y muchos coches, entonces eso es probablemente una indicación de que tienes mucho trabajo que hacer.

Para descubrir tu auténtico “yo ideal”, te recomiendo que te fijes en las cosas que realmente disfrutas haciendo cuando estás  solo. Si no estás seguro de lo que realmente disfrutas haciendo, entonces sigue haciendo más cosas, ahí afuera en el mundo real.

Resumen

Muy bien amigos, resumen rápido para llevar todo esto a casa.

Si estamos tratando de ser más disciplinados, dejar de procrastinar, desarrollar la confianza, ser verdaderamente felices, estos son síntomas de una pregunta mucho más grande que deberíamos estar preguntando, ¿Cómo me convierto en mi mejor versión?

Para responder a esa pregunta, deberíamos seguir estos 3 pasos:

Paso 1: Entender el “yo” y el “yo ideal”

Las palabras “mejor versión” implican dos personas diferentes “yo”, que existe en el momento presente, y “yo ideal”, que existe en algún momento futuro. No somos el “yo ideal” porque el “yo” carece de control.

Paso 2: Entender el “yo” de forma auténtica

El “yo” puede dividirse en el “yo” que creo que soy y el “yo” que realmente soy. El “yo quién creemos que somos” es generalmente una especie de “máscara social” que cubre lo que “realmente” somos. Podemos quitarnos la máscara siendo sinceros sobre cómo nos hacen sentir realmente las cosas.

Paso 3: Entender auténticamente el “yo ideal”

El “yo ideal” puede dividirse en el “yo que pienso que quiero ser” y el “yo que realmente quiero ser”. “El yo que creemos que queremos ser” es probablemente otra máscara social que podemos eliminar si nos tomamos el tiempo de desconectar de todo lo que nos rodea y nos ponemos en un espacio donde la validación externa no es un factor, las respuestas están en el silencio.

Bueno, si queremos convertirnos en nuestras “mejores versiones”, entonces será mejor que entendamos lo que eso significa en primer lugar.

Hay dos consejos finales que deberían ayudarte a llevar todo esto a casa.

En primer lugar, si no sientes una tremenda motivación para progresar en este viaje, entonces probablemente tienes una comprensión muy inauténtica del “yo”, “yo ideal”, o ambos, porque fuera del esfuerzo que todo esto suponga, debería sentirse sin esfuerzo porque el progreso auténtico es mucho más gratificante que difícil, nunca te convertirás en tu mejor versión si lo que persigues son construcciones falsas e inauténticas de la sociedad.

Y mi segunda recomendación, y esto puede resultar sorprendente, es que tengas en cuenta que tu “yo ideal” no es tu “mejor versión”. Los ideales son cosas perfectas y, por tanto tu “yo ideal” es simplemente a lo que debes aspirar, a diferencia de los ideales, nosotros no somos ni seremos nunca cosas perfectas, por lo que tu “mejor versión” es simplemente aquello en lo que te conviertes cuando vives de acuerdo con lo que representa tu “yo ideal”.

Si realmente quieres sacarle el máximo partido, te recomiendo que hagas una pausa después de cada uno de los 3 pasos y consideres realmente estas cosas por ustedes mismos. Una vez que hayas hecho eso, en los comentarios de abajo haznos saber algo inauténtico que hayas podido identificar sobre tu “yo” y tu “yo ideal”.

Ahora quiero dar gracias al patrocinador de este artículo: Crehana. Les recomiendo los cursos de WordPress creados por Sergio Agamez Negrete. Como ustedes saben, empecé mi carrera haciendo plantillas de web, aprendí todo yo mismo pero hubiera agradecido que en esa época existiera un curso como “WordPress avanzado: Personaliza tus plantillas”. Realmente te recomiendo estos cursos porque el mundo de las plataformas web está más rentable que nunca, la mayoría de empresas ni tienen página web y si tienen, créeme que tú podrías hacerlo mil veces mejor con unos pocos cursos en Crehana. 

Si quieres una visión mucho más profunda de lo que soy capaz de hacer en mis vídeos de YouTube, asegúrate de seguirme en instagram @NelsonQuest.

Si quieres mi guía gratuita de productividad Dark Mode, que definitivamente puede ayudarte a progresar hacia tu mejor versión, puedes conseguirla gratis, en este enlace.

Y por último, no solo suscríbete, asegúrate también de hacer clic en la campanita. 

Este es el camino. Ciao y nos vemos en el próximo artículo.

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La Oscura Realidad de la Autoayuda (Las 3 GRANDES Mentiras)

La Oscura Realidad de la Autoayuda
(Las 3 GRANDES Mentiras)

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La “Auto-ayuda” es una gran idea, quiero decir, ¿quién no quiere sentirse mejor, aprender nuevas habilidades, avanzar en sus carreras, y lucir tan guapo como yo? 

Pero si damos un paso atrás y miramos con nuestros propios ojos el territorio que nos rodea, podemos ver claramente que esta “buena idea” es una realidad absolutamente desastrosa. Una industria multimillonaria en rápida expansión marcada por masas de personas que ahora son menos capaces de mejorarse a sí mismas que antes de devorar su primer libro de autoayuda o caminar sobre fuego.

Sabemos quiénes son estas personas porque están en todas nuestras redes sociales, buscando frenéticamente la validación externa de la idea de su versión mejorada que realmente no existe.

En este artículo te voy mostrar exactamente por qué la autoayuda se ha vuelto un terreno óptimo para el autoengaño, y lo que es más importante, las 3 lecciones críticas que cualquier persona en la búsqueda del desarrollo personal auténtico debe entender. ¡Comencemos!

Lección 1: Entender por qué somos tan dependientes de lo externo

Lo más importante que hay que entender cuando se trata de por qué la abrumadora mayoría de las personas que se embarcan en el camino de la superación personal no mejoran realmente puede reducirse a una sola palabra: duendeculo.

Por alguna razón todo el mundo piensa que son dos palabras, pero puedo asegurar que es solo una. Mentiras, la palabra real es ganancia

Para ilustrar este punto, voy a compartirles un divertido experimento mental que diseñé hace unos años. Voy a describir dos tipos de personas y, mientras lo hago, quiero que consideres por ti mismo cuál crees que es más “rentable”.

Primero tenemos a la persona A. La persona A es crédula, débil, impulsiva y poco saludable, y todo esto está fuera de su control y sólo puede remediarse a través de medios externos como productos, servicios y medicamentos, o cualquier cosa que prometa la solución más rápida. La persona A cree que todo es “bueno” o  “malo” y, como tal, cree que la lucha, el malestar, e incluso las emociones humanas como la tristeza, la soledad y la rabia pertenecen a la cesta de lo “malo”, que debe evitarse a toda costa.

Ahora consideremos a la persona B. La persona B está informada, es fuerte, tiene recursos y está sana, todo eso lo controla, soluciona los problemas abordando sus raíces, ve lo “bueno” y lo “malo” como dos mitades de un mismo todo y, como tal, perciben la lucha, el malestar, la tristeza, la soledad y la rabia como partes necesarias e importantes de la experiencia humana.

Ahora consideremos a la persona B. La persona B está informada, es fuerte, tiene recursos y está sana, todo eso lo controla, soluciona los problemas abordando sus raíces, ve lo “bueno” y lo “malo” como dos mitades de un mismo todo y, como tal, perciben la lucha, el malestar, la tristeza, la soledad y la rabia como partes necesarias e importantes de la experiencia humana.

Ahora sé que esto va a volar la cabeza de algunos de ustedes, pero la persona A es más rentable para la sociedad. Mucho más rentable.

¿Te imaginas, sólo por un segundo, el desastre que sería para las industrias si todo el mundo fuera como la persona B?

La razón por la que hay 99 personas A por cada 1 persona B es porque existimos dentro de las sociedades donde la ganancia es el objetivo más alto, y por eso el sistema está diseñado y sigue evolucionando para ser cada vez más eficaz en hacernos consumir, lo que, irónicamente, es el proceso en el cual nosotros somos los consumidos.

Por eso, cuando se trata de nuestro propio desarrollo personal, no reflexionamos sobre las preguntas profundas de la vida por nosotros mismos, le preguntamos a Google. No pasamos tiempo a solas con nosotros mismos (que es donde ocurre el verdadero crecimiento) porque tenemos miedo de estar solos.

Llenamos cada momento que estamos despiertos con alguna forma de distracción externa porque para nosotros, estar solos conlleva el riesgo de tener que enfrentarnos a esos pensamientos y emociones que residen en lo más profundo de nuestro mundo interno.

El sistema nos programa para que tengamos miedo de nuestro mundo interior porque no hay ninguna ganancia allí

La “industria” de la auto-ayuda sólo se preocupa por la ganancia y por cada persona que realmente entiende los complejos mecanismos psicológicos que hay detrás del auténtico desarrollo personal, hay 99 fanáticos de la autoayuda, carismáticos y guapos, con historias empáticas de como salieron de la pobreza, que renuncian felizmente a lo difícil que es tener un pensamiento original, y en su lugar, eligen reciclar las mismas ideologías de autoayuda superficiales y probadas que están garantizadas para generar elogios masivos (y posteriormente ingresos) de las masas de consumidores que buscan desesperadamente confirmar una interpretación de la superación personal que les permita desarrollar la confianza, aprender a amarse a sí mismos y convertirse en personas que actúan, sin hacer nada del trabajo para merecer esas cosas.

Lección 2: La oscura paradoja de la auto-ayuda

Bien, ¿qué sucede exactamente cuando manifestamos esta idea de auto-desarrollo, cuando intentamos convertirnos en nuestras mejores versiones, dentro de un sistema cuyo objetivo principal es la ganancia?

Bueno, para la mayoría de nosotros, el proceso se parece a esto:

Pasamos la mayor parte de nuestras vidas siguiendo el “guión” que nos han trazado, vamos a la escuela, hacemos amigos, trabajamos de 9 a 5 y entonces, en algún momento tenemos una “revelación” de que no tenemos que seguir el guión de otra persona, que si tomamos el control de nuestras acciones, podemos realmente tomar el control de nuestro destino.

Esta revelación se manifiesta como un deseo de mejorar y ahí es precisamente donde empieza el problema, porque en ese momento la inmensa mayoría de nosotros no hace lo que debería hacer, que es hundirse en el silencio durante un tiempo mientras empezamos a ejercer este control recién descubierto, tomando cada vez más medidas basadas en lo que sabemos intrínsecamente que es mejor para nosotros.

En cambio, en el momento en que experimentamos el primer parpadeo de un deseo de mejorar, lanzamos inmediatamente las redes de nuestra conciencia hacia el mundo exterior, porque toda una vida de programación nos ha condicionado a buscar siempre en el mundo exterior la solución a todo, las búsquedas en Google de “cómo convertirme en mi mejor versión”, publicaciones motivacionales en las redes sociales diseñadas para validar externamente una versión de nosotros mismos que en realidad no existe, libros y libros y más libros, creyendo plenamente que la siguiente frase que leamos contendrá el conocimiento sagrado que finalmente desbloqueará en nosotros la capacidad de emprender de repente una acción infinita y sin esfuerzo.

Y así, la gran paradoja de la auto-ayuda es que promueve soluciones externas a problemas que sólo pueden resolverse internamente. Para mí, el ejemplo más evidente de esto es la forma en que muchas personas tratan de pensar en sí mismas para pasar a la acción, lo cuál es completamente absurdo. La acción, por su propia naturaleza, requiere que dejemos de contemplarla para poder actuar. 

 

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La guía habla de cómo aplicar teorías al mundo real . Te ayuda a crear un entorno perfecto y sin excusas que te obliga a afrontar quién eres y lo que debes hacer de una manera sostenible.

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Lección 3: La contradicción financiera de la autoayuda

La industria de la autoayuda depende de nosotros para que consumamos su contenido, y así generar ingresos, pero qué pasa si realmente aplicamos las enseñanzas y nos convertimos en nuestras mejores versiones.

Bueno, lo que sucede es que ya no necesitamos el contenido de autoayuda, y ya no se generan ingresos, y eso no es bueno.

Claro que podrían limitarse a buscar nuevos clientes, pero si sabes algo sobre los costos de adquisición de clientes (y te juro que la industria sabe un par de cosas sobre esto), es mucho más rentable mantener un cliente que adquirir uno nuevo.

Aunque nunca acusaría a ningún “maestro” de autoayuda de sabotear intencionalmente a las personas que consumen su contenido, el problema es cuando creas una motivación financiera que va en contra de tus propias motivaciones, bueno, puedes ver cómo esto podría ser un problema ¿verdad?

Hay muy poca ganancia por alguien que mejora, hasta el punto que le quedan pocas cosas por mejorar.

Bueno amigos, creo que es hora de presentar la solución a todo esto, pero primero, un resumen rápido.

Resumen

Lección 1: Entender por qué somos tan dependientes de lo externo

El objetivo principal del mundo que nos rodea es maximizar la ganancia, por lo que conspira para que seamos débiles y patéticos para mantenernos en un estado en el que existimos casi exclusivamente dentro del mundo externo, que es donde está toda la ganancia

Lección 2: La oscura paradoja de la autoayuda

La gran paradoja de la autoayuda es que promueve soluciones externas a problemas que sólo pueden ser resueltos internamente, sobre todo la acción, que por su propia naturaleza, requiere que dejemos de contemplarla para poder ejecutarla. 

Lección 3: La contradicción financiera de la autoayuda

La industria de la autoayuda depende de que consumamos su contenido para generar ingresos, pero si realmente alcanzamos nuestra “mejor versión”, ya no se generan ingresos. 

Conclusión

Bueno, aquí está mi opinión sobre todo esto y cómo escapar de la trampa de una “industria” de autoayuda que está diseñada para consumirnos. 

El verdadero desarrollo personal debe comenzar con un proceso profundamente interno a través del cual la capacidad de actuar sobre la información que consumimos externamente se establece primero tomando repetidamente acción sobre las cosas, una y otra vez, hasta que reemplaza nuestra vieja programación defectuosa y se convierte en nuestro nuevo estado “predeterminado”.

Este es un primer paso absolutamente crítico porque si la acción no se da sin esfuerzo, si no es instintiva, entonces estamos condenados a consumir información sin aplicarla, que es exactamente lo que el sistema quiere.

Consumir información y tomar acción sobre la información consumida son dos universos totalmente separados, porque la acción es precisamente la cosa que nos separa de los que somos actualmente, y de lo que podríamos ser.

No hay ningún libro, ningún podcast, ningún seminario, ningún gurú de la motivación, ningún vídeo de YouTube,  y ningún duendeculo mágico, que pueda darnos este conocimiento.

Conocer el camino no es recorrerlo. Recorrer el camino es conocerlo.

Bueno amigos, en los comentarios de abajo divirtámonos un poco, identifica la mayor mentira que te dices a ti mismo, y publícala. 

Quiero agradecer al patrocinador de este video, Crehana. Tienen cursos que están diseñados para aplicar al mismo tiempo que aprendes, y definitivamente es una mejor forma de invertir tu dinero que un libro de autoayuda o un curso de un gurú de negocios. Puedes usar el código QUEST10 para un descuento del 10% en todos sus cursos.

Como ustedes saben, yo empecé como diseñador de páginas web y recomiendo estos cursos para que aprendas y empieces ofreciendo tus servicios gratis, como una de las mejores formas de aplicar lo que estás aprendiendo. 

También puedes usar mi sistema Dark Mode, un sistema de productividad que desarrollé para ayudarme a lograr metas difíciles, también puede ayudarte a crear un ambiente donde tomar acción se vuelve prácticamente inevitable. Muy recomendado combinarlo con cursos de Crehana. 

Asegúrate de seguirme en Instagram @NelsonQuest, hay mucho más que quiero compartir en estos videos que es mucho más fácil y valioso compartir en instagram. 

Y por último, no sólo suscribete, si realmente quieres ser notificado primero cuando lanzó nuevos vídeos, asegúrate de hacer clic en la campanita, a menos que estés muy ocupado sanando los traumas de tu infancia con una publicación en instagram de lo fuerte que eres, en ese caso no te quiero interrumpir 

Este es el camino. Cia y nos vemos en el próximo artículo.

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3 Pasos Para DESTRUIR Quién Eres Para LIBERAR Quién Podrías Ser

3 Pasos Para DESTRUIR Quién Eres Para LIBERAR Quién Podrías Ser

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Una nota rápida antes de empezar, este artículo explica el proceso extremadamente oscuro, doloroso y finalmente glorioso a través del cual fui capaz de transformarme en una persona completamente diferente.

Lo que descubrí, y el proceso que estoy a punto de compartir con ustedes, probablemente los hará sentir incómodos, y posiblemente hasta molestos, especialmente si creen que este tipo de transformaciones sólo pueden lograrse a través de una mentalidad positiva y del amor propio.

Lo digo con respeto, pero a diferencia de la inmensa mayoría de las personas que crean contenido sobre este tema, no sólo he logrado realmente transformaciones gigantes dentro de cada una de mis dimensiones, sino que también he pasado años trabajando para entender la psicología y los mecanismos detrás de esas transformaciones hasta el nivel que ahora puedo transmitirlo a ustedes, el espectador.

Independientemente de quién seas y cuáles sean tus creencias, si realmente quieres sacar el máximo provecho de este artículo, todo lo que pido es que mantengas la mente abierta.

En la primera parte veremos los conceptos y el proceso exacto que fueron críticos para mi transformación. Y luego, al final del artículo, te daré la fórmula exacta que utilicé para reinventarme de un don nadie sin poder ni futuro, a alguien poderoso que está cumpliendo su destino. ¡Comencemos!

Lección 1: El yo no es algo a mejorar, es algo que debemos destruir

No es ningún secreto que detesto la industria de auto-ayuda, el problema, irónicamente, comienza con el propio nombre. Las palabras “auto-ayuda” refuerzan positivamente la idea absolutamente ridícula de que hay un yo a ayudar o mejorar.

Todo, y me refiero a todas las cosas que aparentemente no podemos mejorar de nosotros mismos, se debe literalmente a lo que creemos que somos, el “yo” no es más que una construcción, el producto final de toda una vida de actitudes, valores y comportamientos acumulados que erróneamente llegamos a creer que somos nosotros.

La mejor manera de resumir esta “idea” que tenemos de nuestro “yo”, también llamada “imagen de sí mismo”, es con la siguiente cita:

“No soy quien tú crees que soy;
No soy quien creo que soy;
Soy quien creo que tú crees que soy”.
- Charles Cooley

También conocida como la teoría del espejo, postula que el “yo” es esencialmente lo que creemos que los demás creen que somos. Por eso muchos de nosotros nos esforzamos tanto por “proyectar” un yo feliz, trabajador, disciplinado y lleno de propósitos, aunque no seamos realmente ninguna de esas cosas, porque mientras pensemos que los demás creen que somos esas cosas, nosotros pensamos que somos esas cosas.

Por eso, cuando intentamos y fracasamos en el desarrollo de buenos hábitos, la verdadera razón suele ser que estamos ciegos a la verdad de que no somos lo que proyectamos que somos, por el contrario, la inmensa mayoría de nosotros somos criaturas débiles y patéticas que se refugian en placeres hedonistas como las redes sociales y Netflix ante cualquier cosa que amenace la comodidad a la que estamos programados para buscar en cada maldito momento.

Es por eso que la abrumadora mayoría de las personas que se proyectan a sí mismas para mejorar, no lo están haciendo, les importa más la proyección, porque para ellos, la proyección es la realidad, la verdadera realidad es irrelevante. 

Nuestro “yo” también es acumulación de cosas, nacemos como nada y sin nada, y luego, con el tiempo, nuestro “yo” acumula, sobre todo cosas materiales como: ropa, autos, casas, pero también “creencias”, lo disciplinados que somos, lo guapos que somos, cuanto más tenemos, más podemos perder. Cuánto más nos creemos algo, más riesgo asociamos a la acción, por eso, la mayoría de las personas que leen libros de autoayuda prácticamente no actúan: les aterra romper la ilusión de su yo mejorado que han pasado meses o incluso años cultivando desde la comodidad de su sofá.

Todo esto me lleva de vuelta a mi punto original: si la idea de lo que somos es lo que se interpone en el camino de lo que podríamos llegar a ser, ¿por qué demonios querríamos “mejorar” eso?

¿Por qué no simplemente destruirlo y permitir que surja algo mucho más poderoso? 

Para poder entender esta lección, primero tuve que perderlo todo.

Lección 2: Vernos a nosotros mismos como realmente somos

El problema con esto, y este fue ciertamente mi problema, es que no nos disgusta nuestro “yo” lo suficiente como para querer verlo como algo distinto a lo que queremos ver.

El viejo yo era un idiota. No sabía nada del mundo y no tenía la curiosidad de querer aprender, tal vez porque ya pensaba que lo sabía todo. Pasó toda su vida siguiendo el camino que la sociedad había trazado para él. Fue a la universidad durante 5 años, estudiando una carrera que odiaba, para finalmente obtener un título que nunca usaría. Los “buenos” hábitos que tenía estaban enteramente motivados por la búsqueda de cosas materiales y superficiales que nunca cuestiono.

Luego, a los 26 años, la chica de sus sueños lo dejó para volver con su anterior novio, un tipo que era superior en aspectos que realmente importaban, era un hombre sofisticado, virtuoso, espiritual, filosófico, tenía objetivos y propósitos. Cuando finalmente me di cuenta que la chica no iba a volver conmigo, le envíe a este hombre superior un correo electrónico en el que compartía detalles muy íntimos de nuestra relación, un correo electrónico que estaba diseñado para devastarlo, sin embargo, en un último alarde de superioridad, me dio las gracias por enviar el correo y me deseó lo mejor.

Pasé los siguientes meses cayendo en una espiral de depresión cada vez más profunda, hasta que un día, el dolor fue tan grande que todo el concepto que tenía de mí mismo, todo lo que creía que era y todas las cosas que había acumulado, ya no importaban.

Al perderlo todo, la noción defectuosa del “yo” que había pasado toda una vida acumulando, se desintegró de repente en la nada, era libre. Mi nuevo yo era libre de experimentar la energía brutal del dolor como quisiera, y con la misma facilidad con la que uno puede decidir pestañear. Elegí experimentar ahora esa energía como poder.

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Lección 3: La importancia de la soledad

En los años que siguieron a ese momento de epifanía, pasé prácticamente cada segundo de cada día tomando medidas para mejorarme a mí mismo. El elemento más importante de todo esto, con diferencia, es que decidí apartarme completamente del mundo hasta que este proceso hubiera seguido su curso, nada de televisión, nada de redes sociales, ninguna interacción con amigos ni familia. 

Mi motivación inicial para retirarme a las sombras era que quería dejar a todo el mundo boquiabierto con la nueva persona en la que me había convertido cuando reapareciera, pero después de unos pocos días de existir así, la soledad se convirtió en el arma más importante de mi transformación.

Todo el ruido externo de la vida desapareció. Estaba yo, solo en mi apartamento, con algunos libros, un compu, y una enorme cantidad de trabajo que hacer sin que nada me distrajera de hacerlo. Ya no podía compararme con los demás, sólo podía compararme con lo que había sido ayer y con lo que podría ser mañana, y a medida que avanzaba rápidamente en cada una de mis cuatro dimensiones, estas comparaciones se convirtieron en el aspecto más orgulloso de mi existencia.

Empecé a entrenar para un ironman, y durante pocas semanas estuve entrenando varias horas, todos los días. Cada mañana empezaba nadando en una piscina pública helada, cada noche terminaba con largos trotes hacia y desde la ciudad de Nueva York, y cada fin de semana, daba un paseo en bicicleta de 6 a 8 horas a través de Nueva Jersey. Todo este entrenamiento se realizó en completo y total silencio.

En cada segundo me encontraba eligiendo entre tomármelo con calma o darlo todo, mi “viejo yo» y mi “nuevo yo” se enfrentaban en una guerra total, una guerra que duró un año y dos meses hasta que finalmente llegó el día de la carrera. Cuando me puse en la línea de salida, tenía una grave fascitis plantar en ambos pies, un síndrome de pinzamiento en ambos hombros y un desgarro en el bíceps que me obligaba a dejar el brazo colgando cuando trotaba, pero mi “nuevo yo» era todo lo que quedaba.

Ah, y por cierto, cuando volví a aparecer, todos mis conocidos estaban completamente asombrados por mi transformación, pero eso no me importaba mucho menos ahora. Sólo estaba empezando.

Muy bien amigos, hemos cubierto los 3 pasos más importantes en mi autotransformación, es hora de poner esto en una fórmula real.

La fórmula

Paso 1: El yo no es algo a mejorar, es algo que debemos destruir

Nuestro “yo” es el resultado de toda una vida de formación de la identidad que nunca hemos pensado en cuestionar, una elaborada ilusión perpetuada por una sociedad que está diseñada para consumirnos. Lo que creemos que somos tiene que ser destruido si queremos dar paso a algo más grande.

Paso 2: Vernos como realmente somos

Para destruir la ilusión, tenemos que estar lo suficientemente motivados para querer destruirla. En mi caso, esto ocurrió en un lugar oscuro donde mi dolor era tan grande que mis creencias y mis posesiones ya no importaban.

Mi recomendación para ti es que empieces a elegir sentir rabia cada vez que se muestre quién eres en realidad: cada vez que dejes de hacer un trabajo que debiste haber hecho, no logres formar un nuevo hábito, o comas mal sin motivo alguno.

El cultivo cuidadoso de la ira hacia este yo inferior crea la motivación para destruirlo. Cuando diriges tu rabia hacia la débil y patética criatura que eres en la actualidad, también sucede algo mágico. Simultáneamente comenzarás a verte a ti mismo y a experimentar la vida desde la perspectiva de quién podrías ser, esto es en quien estás trabajando para transformarte, dile hola y empieza a conocerte. 

Paso 3: La importancia de la soledad

Por último, tenemos que encontrar una manera de alejarnos de todas las proyecciones e influencias externas que fueron en gran parte responsables de la idea anterior defectuosa del “yo” que teníamos. 

Para que se produzca una auténtica transformación necesitamos destruir nuestra idea del yo, y vernos como las débiles y patéticas criaturas que realmente somos desde la perspectiva de lo que podríamos ser.

El mejor lugar para pensar con claridad y actuar de forma concisa como esa persona que podríamos ser, es en completo aislamiento, donde en lugar de compararnos con los demás, nos vemos obligados a compararnos sólo con lo que éramos en el momento anterior, y con lo que podríamos ser en el momento siguiente.

Conclusión

Sé que mucha gente va a criticar estas técnicas; créanme cuando les digo que la inmensa mayoría son zombis con lavado de cerebro. Lo que he compartido en este artículo son solo mis experiencias, investigaciones y opiniones. Haz siempre lo que sientas que es correcto.

Quiero agradecer al patrocinador de este artículo Cambly, siempre digo que la habilidad más rentable que alguien de Sudamérica puede obtener es hablar inglés, y es algo perfecto para enfocarse por varias horas al día, mientras desapareces del mundo. Usa el código Quest para un descuento en sus planes mensuales. 

También recuerda revisar mi guia Dark Mode, el sistema que uso para lograr metas extremadamente difíciles e incorpora mucho de la fórmula que se discutió en este artículo, es gratis.

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Este es el camino. Ciao y nos vemos en el próximo artículo.

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