Las 4 Cualidades Que Poseen Los MAS INCREÍBLES Maestros, Entrenadores y Mentores

Las 4 Cualidades Que Poseen Los MAS INCREÍBLES Maestros, Entrenadores y Mentores

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Un buen mentor, entrenador o, en términos generales “maestro”, puede ser literalmente la diferencia entre que no aprendamos algo o que desarrollemos una intensa pasión por ello.

En los últimos años en particular, he aprendido de cientos de maestros diferentes mientras buscaba alcanzar niveles de maestría dentro de los negocios, el desarrollo personal, la meditación, la salsa, el boxeo, la salud y la nutrición en general, y eso sólo nombrando algunas cosas.

Los buenos maestros son raros, los maestros legendarios son como los unicornios, y los malos maestros, bueno, los malos maestros están en todas partes. En las escuelas, en los libros, en las redes sociales, en YouTube, y la cuestión es que aprender de un “mal” maestro puede dañar por completo nuestra vida. Algunos pueden simplemente vaciar nuestras cuentas bancarias sin impartir ningún valor real, mientras que otros pueden realmente llevarnos fuera de nuestros caminos por completo, donde podemos pasar meses, años, posiblemente incluso toda nuestra vida sin haber descubierto nuestra verdadera esencia o potencial.

En ningún lugar es esto más cierto que dentro de la industria de la “auto-ayuda”, donde la mayoría de los mentores, entrenadores y, de nuevo, en términos más amplios, “maestros”, literalmente no saben nada sobre el verdadero desarrollo personal. Lo que sí saben hacer es promover la misma “positividad tóxica” y las “estrategias de motivación momentáneas” que sólo acaban creando una falsa sensación de mejora, por eso, cuando observas a la amplia población de personas que intentan mejorar, la mayoría son como zombis: todos repitiendo las mismas cosas, pero sin ninguna mejora real que demuestre todos sus supuestos esfuerzos.

Esta es la ilusión de mejora, y se origina en los malos maestros.

En este artículo, te mostraré las 4 cualidades que todos los maestros legendarios tienen en común, para que puedas separar los “buenos” de los “malos” para cultivar el verdadero aprendizaje y la pasión en todo lo que haces, y tal vez un día puedes convertirte en un maestro legendario también. Comencemos.

1. Se han destacado en lo que enseñan

Los maestros más peligrosos son los que enseñan enteramente de los libros de texto, o lo que han leído o visto en línea;  porque estos maestros existen solo dentro del mundo de la “teoría”. Créeme cuando te digo que la realidad de algo es muy diferente a la idea de ello. 

No puedes ser un buen entrenador de mentalidad millonaria si no has ganado ya un millón de dólares. No puedes ser un buen coach de negocios si nunca has construido un negocio exitoso. No puedes ser un buen entrenador de fitness si tú mismo no estás en buena forma. Aunque hayan leído toneladas de libros o incluso tengan títulos universitarios en estas áreas, a todos les falta el ingrediente clave, que es cómo traducir ese conocimiento a la realidad.

Cuando leemos, lo mejor que podemos esperar es memorizar, aprender de verdad algo es tomarlo del mundo de la “teoría” y manifestarlo con éxito en la “realidad”. Conocer el camino no es lo mismo que recorrer el camino, recorrer el camino es conocer el camino.

Desafortunadamente, muchas personas eligen “enseñar” como una forma de buscar validación por ser buenos en algo sin ser realmente bueno en esa cosa. Si esto te suena a ti, no te sientas mal, cuando empecé mi viaje de desarrollo personal, publicaba citas motivadoras en todas mis Redes Sociales y daba a todos mis amigos consejos de “éxito” que nunca me pedían, porque intentaba validar externamente la “idea” de que tenía éxito, en lugar de hacer el difícil trabajo que se requiere para llegar a ser realmente exitoso.

Los buenos maestros ya han hecho lo que queremos aprender, y cuanto más alto es su nivel más capaces son de ver con claridad lo que los maestros de menor nivel no son capaces de ver.

2. Les encanta enseñar

Durante mucho tiempo, solía odiar bailar salsa, sabía que quería aprender a bailar, pero atarme los zapatos de salsa me parecía una sentencia de muerte, la mayoría de mis maestros odiaban enseñar, imagino que la mayoría de las veces enseñaban los mismos pasos una y otra vez a extranjeros con sandalias que olían a mierda de vaca sudada, la mayoría de estos maestros sólo me enseñaban a memorizar los pasos, lo cual no sólo es aburrido, sino que no te hace un mejor bailarín.

No estaba viendo ningún progreso por el cual sentirme motivado, y por lo tanto, luché para tomar clases con algún tipo de consistencia, luego encontré maestras como Daniela y Mayra, que no sólo aman la salsa, sino que también aman la enseñanza, celebraron cada pequeña mejora que hice, mientras que me dieron suficiente espacio para fallar con seguridad y volver a intentarlo.

Me enseñaron cómo mover mi cuerpo con la música, cómo expresarme a través del movimiento, que era el resultado que perseguía en primer lugar, y al hacerlo, me ayudaron a aprender a amar el viaje de la salsa, que es lo más importante cuando se trata de no dejar algo.

Cualquiera puede obligarse a hacer algo durante un breve período de tiempo en la búsqueda de un resultado específico, pero a menos que aprendamos a amar el viaje, no es probable que lleguemos a ver el destino, y por eso es tan importante que aprendamos de personas que aman lo que están enseñando porque su amor por el proceso es contagioso, a través de ellos podemos desarrollar indirectamente un amor similar por el proceso, incluso si todavía no hemos probado la dulce recompensa de lo que nos espera en la línea de meta.

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3. Nos empujan a sentirnos incómodos

La mayoría de los maestros se limitan a hablar y hablar y hablar, como si sus palabras se tradujeran de algún modo en conocimiento, tratan de hacer que la experiencia del aprendizaje sea “fácil”, proporcionando respuestas en lugar de utilizar preguntas para provocar el pensamiento crítico.

El aprendizaje debería ser incómodo, esta es la razón: Sólo aprendemos a través de la práctica.

Cuando un maestro, un libro o un vídeo nos enseñan y luego aplicamos lo que hemos recibido, siempre nos vamos a sentir inicialmente incómodos, ya que al principio no tenemos experiencia en ello. Con el tiempo, cuanto más aplicamos las enseñanzas, más cómodos nos sentimos, porque nos volvemos buenos en esas cosas, pero a menos que queramos permanecer en el mismo nivel, tenemos que presionarnos continuamente para aplicar nueva información, para probar nuevas técnicas, para volver a sentirnos incómodos.

Repetir este proceso una y otra vez es avanzar hacia la maestría, y un buen maestro nos enseñará, por tanto, de una manera en la que nos “empuja” constantemente a existir siempre dentro de las incómodas fronteras de nuestros límites.

4. Nos ayudan a encontrar nuestro propio estilo

Al principio, un maestro que todavía está aprendiendo quiénes somos, nos enseñará su estilo, lo cual está perfectamente bien, en realidad, esta es una de las muchas maneras en que el maestro puede empezar a observar nuestras tendencias, predisposiciones y nuestra “esencia” general, pero a medida que nos desarrollamos, el trabajo del maestro es ayudarnos a encontrar nuestro propio camino, nuestro propio estilo, en lugar de imponerse siempre.

Aquí hay matices: en el boxeo y la salsa, por ejemplo, hay ciertos fundamentos que debemos aprender, cómo rotar el cuerpo para generar potencia en nuestros golpes, cómo mantener la mirada en una posición fija para ejecutar correctamente un giro, pero cuando se trata del “estilo” tiene menos que ver con los fundamentos y más con la forma en que nuestra esencia se traduce en nuestras acciones, un mal maestro nos exigirá que hagamos estas cosas según su estilo, mientras que un buen maestro nos ayudará a descubrir nuestro propio estilo.

El estilo no es específico de actividades físicas como la salsa y el boxeo, es universal, es una manifestación de nuestra “esencia” dentro de la cosa específica que estamos haciendo. Dentro de los negocios y el autodesarrollo también hay fundamentos, debemos aprender a amar el proceso, a buscar la incomodidad mientras avanzamos hacia la maestría.

Un buen maestro nos ayudará a establecer estos fundamentos como una plataforma que podemos usar para alcanzar nuestro potencial, mientras que un mal maestro tratará de condicionar nuestro crecimiento incluso después de que la plataforma haya sido establecida.

Resumen

Bueno amigos, un resumen rápido antes de llegar a la conclusión. Estas son las 4 formas de diferenciar a un “buen mentor” de un mal mentor.

1. Se han destacado en lo que enseñan

El mundo de la teoría es extremadamente diferente del mundo de la realidad. Lo que suena bien no es necesariamente lo que funciona. Los malos maestros enseñan a partir de los libros, los buenos maestros se basan en una gran experiencia.

2. Les encanta enseñar

El aspecto más importante de aprender cualquier cosa es aprender a amar el camino que nos lleva a aprender esa cosa. Los malos maestros no disfrutan enseñando y no pueden enseñar a amar el camino. Los buenos maestros aman la enseñanza y al hacerlo, comparten el amor por el viaje con sus estudiantes.

3. Nos empujan a sentirnos incómodos

El crecimiento sólo es posible a través de la incomodidad. Los malos maestros se esfuerzan por mantenernos cómodos. Los buenos maestros nos empujan a estar incómodos.

4. Nos ayudan a encontrar nuestro propio estilo

El estilo es la expresión de nuestra esencia a través de la acción. Los malos maestros nos imponen su estilo. Los buenos maestros nos ayudan a descubrir nuestro propio estilo.

Muy bien amigos, asegúrate de seguirme allí @NelsonQuest, prácticamente todo lo que subo ahora incluye exploraciones de forma más larga de temas interesantes de desarrollo personal e historias que parecen estar disfrutando mucho y estar obteniendo beneficios.

En los comentarios abajo me encantaría que te tomes un tiempo para reflexionar sobre quién es el mejor maestro que has tenido y qué es lo que, específicamente, sientes que te hizo sentir especial o por qué  te permitió tener el tipo de impacto positivo que ahora tiene  en tu vida.

Si quieres un sistema de productividad que te enseñe a ser tu propio maestro, asegúrate de echar un vistazo a Dark Mode. Y si quieres ser notificado primero cuando subo nuevos vídeos, no solo suscríbete, sino asegúrate de hacer clic en la campanita, a menos, por supuesto, que seas uno de los malos maestros que he descrito. En ese caso, me imagino que estarás bastante molesto.

Este es el camino. Ciao y cya en el próximo post. 

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El Rasgo SECRETO Para Encontrar Tu Pareja Ideal

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Para Encontrar Tu Pareja Ideal

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La mayoría de nosotros tenemos una idea aproximada de las cualidades individuales que esperamos encontrar en una pareja ideal. La amabilidad, la lealtad, la inteligencia, el sentido del humor, la apariencia física, la seguridad financiera, la confianza y la lista continúa, y esta es precisamente la razón por la que apestamos a la hora de encontrar parejas que sean adecuadas para nosotros…  Déjame explicarte. 

Hace muchos años, mientras salía de la fase en la que perseguía a las chicas en busca de breves placeres momentáneos, y entraba en la fase en la que realmente quería encontrar una pareja ideal, me di cuenta que básicamente llevaba una “lista mental” de las cualidades que pensaba que quería en una chica, con cada nueva chica con la que salía, actualizaba esa lista, agregando o quitando cualidades, basándome en mis experiencias. Creo que todos hacemos esto… ¿no?

Quizás pensamos que queremos una pareja que sea trabajadora, sólo para salir con alguien así y darnos cuenta que lo que realmente queremos es alguien apasionado, o priorizamos el atractivo físico, sólo para encontrarnos aburridos cada vez que no tenemos sexo, y nos damos cuenta de lo importante que es la inteligencia.

La cuestión es que ahora me doy cuenta que todo este sistema de búsqueda de cualidades individuales en una pareja, que es algo que hacemos prácticamente todos, está completamente roto por dos razones principales. En primer lugar, la forma en que conceptualizamos los diferentes rasgos es a menudo muy diferente de la realidad de cómo se manifiestan en las personas con las que salimos.

Podemos pensar que queremos una pareja que sea apasionada, sólo para descubrir que es tan apasionada que no tiene tiempo para nosotros. Podemos pensar que queremos una pareja que sea inteligente, pero ¿Cómo se mide la inteligencia? ¿Si fueron o no a la universidad? ¿Cuánto saben del mundo? ¿Y qué pasa si son inteligentes y narcisistas? 

Ahora sé que estás pensando “bueno Nelson, obviamente lo que buscamos es un equilibrio saludable de rasgos deseables”, pero esto crea un problema aún mayor, uno que prácticamente garantiza que nunca encontraremos a nuestra “pareja ideal”. 

Cuando andamos con una idea de las cualidades individuales que queremos en una pareja ideal, lo que esencialmente estamos haciendo aquí es elevar la “expectativa” que tenemos para nuestra pareja al nivel de “ideal”. El nivel de “ideal” está reservado exclusivamente a la perfección, es el territorio de los dioses. Los ideales son cosas perfectas, y nosotros somos cosas imperfectas.

Es seguro aspirar a los ideales, que son cosas perfectas, sólo si comprendemos que somos imperfectos, y que nunca alcanzaremos ese nivel, por ejemplo, yo aspiro a ser valiente, la valentía es un “ideal”, nunca seré perfectamente valiente, pero siempre puedo ser más valiente. ¿Eso tiene sentido?

Bien, aquí está el problema de cómo conceptualizamos a las parejas “ideales”: no existen ni pueden existir. No existe una pareja que posea todas las cualidades que queremos, por lo que cuando usamos este marco para imaginar nuestra pareja ideal, creamos una situación desastrosa donde tenemos que conformarnos con quien sea que salgamos.

Es completamente loco y nunca pensamos en cuestionar esto porque ¿Cómo podemos empezar a cuestionar algo si nunca se nos ha ocurrido que puede haber una manera mejor?

Bueno, he pensado mucho en esto, y encontré una solución que ha funcionado increíblemente para mí y para el pequeño grupo de personas con las que he compartido esto. Es la siguiente:

En lugar de buscar una determinada combinación de cualidades que quieras encontrar en tu pareja ideal, busca un rasgo de personalidad singular y de raíz que prácticamente garantice un grado de compatibilidad extremadamente alto.

Ahora bien, para ser justos, este rasgo es extremadamente difícil de encontrar en otras personas, lo que lo hace tan valioso, pero una vez que lo hayas encontrado en alguien, y suponiendo que hayas visto el resto de este artículo por supuesto, te prometo que lo entenderá. Ese rasgo es La Curiosidad Intelectual.

Ahora que sabes cuál es el rasgo, permíteme darte tres razones que te ayudarán a comprenderlo por completo.

Razón # 1: De la curiosidad intelectual nacen las mejores versiones de otros rasgos

Alguien que es intelectualmente curioso será inteligente en todas las formas correctas, porque al ser curioso, se ve obligado a aprender sobre el mundo no como quiere que sea, sino como realmente es. Tienden a tener un conocimiento de muchas cosas diferentes y querrán saber más sobre cosas de las que no saben mucho; en otras palabras, se preocupan más por «aprender» que por «tener la razón».

Al ser intelectualmente curiosos, el carácter general que poseen tenderá a ser extremadamente positivo y cálido, ya que es el carácter que más atraerá a otras personas hacia ellos y les permitirá desarmar a esas personas para poder tener las conversaciones abiertas y honestos que desean. 

Tienen un buen sentido del humor, o al menos será capaz de entender y apreciar el tuyo. Rara vez se ofenderá, ya que “ofenderse” es literalmente lo contrario de “ser curioso”. Ofenderse es tomar las cosas personalmente y reaccionar basándose puramente en la emoción, mientras que ser curioso es buscar comprender motivos, y reaccionar con base en hechos y lógica.

Cuando se le tienta con la posibilidad de ser infiel, una persona normal será más propensa a actuar según esos impulsos porque son esclavos de ellos. Han sido condicionadas por la sociedad para buscar la gratificación instantánea en todo lo que hacen. Alguien que es intelectualmente curioso siente esos mismos impulsos, pero en lugar de actuar ciegamente sobre ellos, se preguntará “por qué”.

Estar en el camino del autodesarrollo es ser intelectualmente curioso. Es mirarse un día en el espejo, darse cuenta de que puedes ser mejor y embarcarse en un camino no marcado, guiado únicamente por la  idea de lo que podrías ser. Créeme cuando te digo que querrás una pareja que también esté en este camino.

Razón #2: Las personas intelectualmente curiosas son altamente racionales

Existe la idea de que es “normal” tener peleas en una relación, yo creo que es ridículo. En la mayoría de mis relaciones más recientes, prácticamente no he tenido peleas. ¿Por qué? Porque soy intelectualmente curioso, y sólo saldría con alguien que posea también esa cualidad.

Ya lo mencioné en la última sección, pero alguien que es intelectualmente curioso no va a reaccionar basándose en sus emociones. Si su pareja hace algo que le molesta, va a querer investigar las dos caras de la moneda, que son:

  1. ¿Por qué mi pareja hizo algo que me molestó?
  2. ¿Por qué me siento molesto?

Ahora bien, no estoy diciendo que nunca deba haber peleas, todo el mundo tiene días malos, y no somos criaturas perfectas, pero cuando investigamos los motivos de por qué nuestra pareja hizo lo que hizo, en casi todos los casos encontraremos que no había ninguna intención maliciosa, y cuando observamos nuestros propios sentimientos, en casi todos los casos encontraremos que estamos reaccionando basados en nuestras propias inseguridades y prejuicios.

Alguien que es intelectualmente curioso tendrá una conversación contigo en un esfuerzo por entender tu racionalidad detrás de lo que hiciste, antes de hacer una conclusión. Este nivel de racionalidad también significa que, si las cosas realmente no están funcionando a pesar de tus esfuerzos, la decisión de separarte será sin dolor y sin dramas.

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Razón #3: Las personas intelectualmente curiosas crecen juntas

La lección más importante que he aprendido de mis relaciones anteriores es lo importante que es crecer con la persona con la que estás. La mayoría de relaciones empiezan con dos personas que tienen objetivos diferentes y opiniones distintas sobre muchas cosas, para que la relación funcione, ambos miembros de la pareja deben utilizar su curiosidad intelectual por el otro para alimentar conversaciones en las que trabajen para comprender los objetivos y la visión del mundo del otro, de modo que, con el tiempo, puedan compartir esas cosas.

Muy bien, chicos, espero que en este punto les haya abierto los ojos a un concepto que ha mejorado drásticamente mis relaciones y me ha hecho avanzar mucho más en el camino hacia la búsqueda de una pareja ideal.

Resumen

Ahora me gustaría compartir un poco sobre mi personalidad específica, que es lo que me llevó a tropezar con este concepto, pero primero, un resumen rápido.

En lugar de buscar una determinada combinación de cualidades que quieres encontrar en tu pareja ideal, lo que casi garantiza que tendremos que “conformarnos” con nuestras parejas, podemos en cambio buscar un rasgo de personalidad singular y raíz que prácticamente garantiza un grado de compatibilidad extremadamente alto, la curiosidad intelectual.

Razón #1: De la curiosidad intelectual nacen las mejores versiones de otros rasgos

Personas con curiosidad intelectual tienden a tener las mejores versiones de muchas de las cualidades que nos gustaría encontrar en una pareja: inteligencia, buen humor, comprensión, fidelidad y también interés por descubrir quiénes son realmente en el camino para convertirse en su mejor versión.

Razón #2: Las personas intelectualmente curiosas son altamente racionales

No reaccionarán ciegamente desde la emoción, sino que utilizarán la racionalidad para buscar una comprensión más completa antes de llegar a conclusiones. Esto es extremadamente importante para la salud de cualquier relación.

Razón #3: Las personas intelectualmente curiosas crecen juntas

El verdadero indicador de una gran relación es cuando dos personas diferentes pueden unirse y, con el tiempo, empezar a compartir los mismos objetivos y puntos de vista. Esto sólo ocurre cuando ambos miembros de la pareja tienen la suficiente curiosidad intelectual como para querer descubrirse de verdad el uno al otro.

Entonces, ahora que hemos llegado al final del artículo, quiero ser un poco más personal y compartir con ustedes las razones exactas por las que pude descubrir este concepto. Siempre salgo con mujeres más jóvenes porque me gustaría que la madre de mis hijos fuera joven, y me di cuenta que era completamente irracional de mi parte esperar que una persona más joven tuviera el mismo nivel de experiencia que yo a mis 36 años. 

Es extremadamente importante para mí sentirme apoyado y estar con alguien que al menos pueda tratar de entender mis metas y motivaciones, las cuales, francamente, casi nadie puede entender nunca me he sentido apoyado en una relación y, sinceramente, nunca me he sentido realmente apoyado en ningún momento de mi vida, y sé en el fondo que necesito sentir eso en alguien que me importa para alcanzar mi máximo potencial.

Por último, hago muchas cosas, afortunadamente la mayoría son geniales, por lo que es importante para mí estar con alguien que pueda interesarse en esas cosas. Por todas estas razones, me di cuenta que lo que realmente estaba buscando era alguien que tuviera verdadera “curiosidad intelectual”, alguien que quisiera explorar el mundo conmigo, alguien que me apoyara tanto como yo a ella, y alguien que esté dispuesto a hacer muchas cosas geniales conmigo.

Muy bien, si tienes curiosidad por saber si alguna vez encontraré a mi pareja ideal, asegúrate de seguirme en instagram, @NelsonQuest

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Si quieres ser el primero en ser notificado cuando publique nuevos artículos como este, no solo suscríbete,  sino asegúrate de hacer clic en la campanita, a no ser, por su puesto, que seas una persona básica y la única cualidad que busques en una pareja sea que se ponga unos tacones altos y puntiagudos y que camine sobre tu espalda, clavando sus tacones y escupiendo sobre ti mientras te asalta verbalmente como la basura que eres.

Este es el camino. Ciao y nos vemos en el próximo artículo.

Fuentes

https://www.psychologytoday.com/us/blog/close-encounters/201702/5-essential-qualities-romantic-partner

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